El Archivo Histórico del Instituto de la Función Registral del Estado de México (IFREM) resguarda en su acervo testamentos que datan del siglo XVII, donde hombres y mujeres dictaban su última voluntad.
En dichos documentos de la época colonial en EdoMéx destaca una influencia religiosa constante, ya que, en su totalidad, se encomendaban a las decisiones de la divinidad.
“Incluso tiene una serie, se puede decir de fórmula, llama para su intercesión al Ángel de la Guarda, al Santo de su nombre, al Santo de su devoción, es decir, toda la primera parte del testamento, se puede llamar como una invocación religiosa del testador”, indicó Juana García, Historiadora del IFREM.
Así lo detalla el testamento de Francisco Díaz Melo, vecino de la ciudad de San José de Toluca, quien en la segunda parte de su carta, desea ser sepultado en la iglesia del convento Nuestra Señora de la Limpia Concepción.
Además, destina varios pesos en reales para limosna para los lugares Santos de Jerusalén, misas y apoyo a la iglesia.
A su partida, designa a sus hijos, nietos y bisnietos, como herederos de sus bienes, que van desde fanegas de maíz, ganado, hasta la hacienda San Diego, entre otros. En su testamento, también libera a dos menores de edad, hijos de su esclava.
Actualmente, el Archivo General de Notarías alberga más de 600 mil avisos de otorgamiento de testamentos; desde el 2013, se cuenta con un trámite automatizado ya que a la fecha, no interviene ningún servidor público para su atención.
“Tiene que ser un acto de responsabilidad, no puedes dejar hasta el momento en el que estoy realmente enfermo o en tu lecho de muerte, para hacer una disposición testamentaria, tienes que hacerla cuando estás consciente, tienes que hacerla cuando estás bien en todos los sentidos”, afirmó la Directora General del IFREM, Tania Lugo Paz.
Los costos especiales para los testamentos durante la campaña “Septiembre, Mes del Testamento” son de mil 950 pesos para el público general y de 950 pesos para adultos mayores.