Con el propósito de debatir sobre la normatividad, investigación y mecanismos de uso de bioinsumos, como plaguicidas, fertilizantes o estimulantes libres de químicos, se reunió el Grupo Intersecretarial de Salud, Alimentación, Medio Ambiente y Competitividad (Gisamac), el cual está compuesto por científicos, representantes gubernamentales y productores.
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), se trata de un plan de trabajo para establecer estándares y normas que fortalezcan la demanda de estos productos.
En las oficinas principales de la Secretaría de Agricultura, se llevó a cabo el Encuentro Nacional de Productores de Bioinsumos, Agreocología y Agricultura Campesina, donde el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria, Víctor Suárez Carrera, afirmó que esa reunión es parte de un cambio estructural del sistema de producción agroalimentaria.
De acuerdo con el subsecretario Víctor Suárez, ‘ ha imperado en las décadas recientes bajo la marca de ‘revolución verde’, donde todo se daba en paquete (con semillas, agroquímicos, fertilizantes, mecanización, etcétera) y se soslayaba el papel del campesino, del productor, que debe ser protagonista’.
El cambio que hoy impulsamos involucra insumos, bajo un esquema integral, es pasar de una agricultura de insumos a una agricultura de conocimientos, donde se valoren los conocimientos ancestrales de los campesinos para que interactúen con las aportaciones científicas. Debe haber un intercambio entre los productores de bioinsumos para que esta industria crezca, esté bien regulada y que quede en manos de micro, pequeñas y medianas empresas, que no sea adueñada por las grandes empresas”.
El director en jefe del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), Francisco Javier Trujillo Arriaga, subrayó que los productores serán apoyados en los procesos de certificación orgánica por medio de sistemas, como el modelo europeo y estadounidense, los cuales sirven como parámetro de cumplimiento.
El director general de Logística y Alimentación de Agricultura, Héctor Robles, precisó que la productividad agrícola se incrementó en el mundo desde el siglo pasado debido al uso intensivo de insumos químicos.
Esto es, la revolución verde, pero ha tenido graves costos sociales y económicos, con una degradación de los recursos naturales, de los servicios ecosistémicos y con exclusión de los campesinos, además de que este sistema ha derivado en el surgimiento de una epidemia sin precedentes de obesidad y enfermedades asociadas como la diabetes”.
Según el presidente de la Asociación Mexicana de Productores, Formuladores y Distribuidores de Insumo Orgánicos, Biológicos y Ecológicos (Ampfydiobe), Guillermo Cadena Ávila, la producción de bioinsumos es importante, sobre todo en Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, pero hay una tendencia creciente en América Latina, con una tasa de aumento de 18 por ciento anual.
Esto ocurre, aseguró, debido a la cada vez mayor consciencia social e interés por un ambiente limpio, una alimentación sana y por una restricción creciente a los plaguicidas químicos.
De acuero con Gisamac, en el mundo el valor de los bioinsumos fue de 3 mil millones de dólares en 2018, para el 2020 se prevé que alcancen los cinco mil millones y se estima que en cinco años más llegarán a 11 mil millones de dólares.
Asimismo, en el evento se destacó la necesidad de que se modifique la Ley General de Salud para que se establezcan requisitos diferenciados a los plaguicidas químicos y a los bioplaguicidas e insumos vegetales.
A través de diversos comunicados emitidos por la Sader; el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt); el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Infiap); la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio); el Instituto Nacional de Economía Social (Inaes), se notificó que en este evento participaron más de 150 prodcutores de bioinsumos.
Fuente: Sader y Semarnat
Fotos: Semarnat y Sader