David Salcedo | Acustik Noticias
Un agricultor del estado de Oaxaca desarrolló un sistema de fertilidad del suelo, el cual funciona a través de un modelo de rotación de cultivo que implementan pequeños productores que atienden cadenas cortas agroalimentarias.
Este emprendedor llamado Carlos Barragán García, es colaborador del porgrama Masagro, perteneciente a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), cuyo titular, Víctor Villalobos Arámbula lo ha señalado como un ‘caso de éxito a nivel mundial por traducir la investigación básica sobre el trigo en incrementos tangibles de rendimiento y en una mayor tolerancia del cultivo a los efectos del cambio climático, particularmente el calor y la sequía’.
De acuerdo con el agricultor del estado suroeste de México, su trabajo consiste en adaptar sistemas de producción de pequeña escala al cambio climático, fortaleciendo la fertilidad de los suelos con la diversificación y rotación de cultivos para lograr un incremento sostenible en la producción de maíz a mediano plazo.
Dicha investigación inició en 2016, con el trabajo de maíces nativos en los Valles Centrales de Oaxaca,donde la mayoría de la agricultura es tradicional, hay bajo uso de insumos y se ha estado perdiendo la fertilidad del suelo.
A partir del 2017 empezaron a rotar el cultivo con leguminosas a través del establecimiento de vitrinas de cultivos, en las cuales se sembraron franjas de estas leguminosas y gramíneas, esto para cambiar los nutrientes que dejan en los plantíos.
Un año después rotaron el cultivo con soya, girasol y canola para aportar fósforo al suelo, en total, según Carlos Barragán, han logrado pasar de 600 kilos de maíz criollo blanco hasta 4 toneladas y 2.5 toneladas de maíz amarillo. Además de obtener un segundo cultivo, como garbanzo, girasol, canola, frijlo, calabaza, entre otros, pues depende de la rotación del productor.
En Oaxaca, una de las principales producciones es la del maíz blanco, pero los maíces pigmentados tienen antioxidantes como la antocianina. Comenzamos a trabajar con maíces pigmentados para mejorar la alimentación de las familias con las que colaboramos. Sin embargo, no había posibilidad de colocar los excedentes de producción de maíces de colores en el mercado y al buscar compradores nos ofrecían condiciones de compra que no eran atractivas al productor”.
Este año, los diversos pequeños productores se vincularon entre ellos y establecieron una tortillería de maíces nativos, llamada Xúb Maíz, en la ciudad de Oaxaca de Juárez.
Actualmente, está la propuesta de la Ley Federal para el Fomento y Protección del Maíz Nativo, la cual promueve la producción de este alimento siempre y cuando esté libre de modificación genética, además de alentar el consumo de las variantes de estas semillas que se siembran en el país.
Imágenes: Sader