David Salcedo
Un grupo internacional, en conjunto con el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai), liberó un mapa digital y datos sobre las rutas de pesca que realizaron diversos barcos industriales, deportivos y de pequeños grupos en México; encontraron que hay pescas prohibidas en Puerto Vallarta.
Durante la mañana de este 3 de octubre, el vicepresidente de Oceana México, Pedro Zapata, y el Comisionado en el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos, Joel Salas Suárez, presentaron el programa Global Fishing Watch (GFW), una colaboración de diversos Gobiernos mundiales con empresas, ONGs e institutos de investigación para hacer un sistema de monitoreo de embarcaciones y hacer de dominio público, estos datos
Durante el evento, se presentaron datos de rutas marítimas de las más de 2 mil embarcaciones industriales que navegan en los mares de México, las cuales pescan en su mayoría camarón, sardina, tiburones y peces de escama.
Asimismo, Pedro Zapata destacó que el sistema satelital que utilizan no solo ha servido para hacer mapas de pescas dedicadas al comercio, sino que además ‘funciona para detectar presuntas actividades sospechosas’.
En este mapa se puede ver una embarcación con bandera americana que se llama Redneck; es una embarcación presumiblemente de pesca deportiva anclada al puerto de Puerto Vallarta y que parece gozar de plena libertad para entrar a pescar al polígono de Islas Marías, donde está prohibida la pesca”.
Según el vicepresidente de Oceana México, esta ruta podría ser de total interés para los productores pesqueros de Puerto Vallarta, ya que ‘al parecer navega con impunidad o parecen tener licencia de hacer lo que las embarcaciones mexicanas no pueden, esto es información que estoy seguro de que si la ven los productores pesqueros, van a decir oye por qué la regla es diferente para mí, que para esta embarcación de pesca deportiva’.
GFW, la clave es la comuniación
Global Fishing Watch funciona a partir de las señales que envían los barcos pesqueros y los centros de monitoreo de las dependencias gubernamentales, por ejemplo, en el caso de México, el Instituto Nacional de Pesca (Inapesca), la Secretaría de Marina o la Comisión de Acuacultura (Conapesca) tienen un registro y un monitoreo de las rutas marítimas de pesca.
Aunque esos datos y señales usualmente son para que las embarcaciones no choquen entre sí, ya que los barcos no cuentan con sistema de freno inmediato como los automóviles, y no se pierdan durante las tormentas; el INAI, en conjunto con Oceana, recopiló esos datos para unirlos a una constelación de satélites y receptores terrestres.
Es decir, la señal de los barcos es mandada a un satélite, el cual redirecciona al centro de monitoreo; posteriormente, este lugar guarda los datos para hacer un mapeo de control o informa a la embarcación en qué situación está.
Usualmente esos datos de embarcaciones (industriales, comerciales, deportivas, turísticas, etcétera) son guardados, y aunque en años previos esta información no era de acceso público, actualmente cualquier persona pueda revisar cuál es el tráfico marítimo, pero con el retraso de cuatro días para proteger los datos de los navegantes.
Originalmente el Conapesca dijo no podía dar esta información porque se pondría en riesgo la seguridad de las personas que están dentro de las embarcaciones, y por otro lado, no podían dar información porque forma parte de un proceso de verificación que afectaría el propio proceso”
Joel Salas Suárez también agregó: ‘Nosotros pedimos más información a través de solicitudes y nos dimos cuenta que dentro de la información que contienen estos datos, no estaba el nombre de los tripulantes, por lo tanto, no se iba a poner en riesgo. Lo que sí estaba eran los dueños de las embarcaciones, por eso determinamos que era algo público’.
En México, al menos 25 por ciento de las especies pesqueras está deteriorado por la sobreexplotación, la pesca ilegal, la destrucción del hábitat marino y por la creciente contaminación. Actualmente, según Oceana, el Gobierno mexicano reconoce que las políticas públicas no son suficientes para la restauración de animales marinos ni la contaminación de los mares.
Imágenes: Reporteros Acustik