Sader y Conacyt van contra producción de alimentos transgénicos

David Salcedo | Acustik Noticias

Durante el evento del Día Nacional del Maíz realizado en el zócalo de la Ciudad de México, el subsecretario de Alimentación y Competitividad de la Secretaría de Agricultura (Sader), Víctor Suárez, y la directora general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), María Elena Álvarez-Buylla, declararon que las prioridades de sus instituciones será sacar del mercado nacional la producción de alimentos, transgénicos, especialmente del maíz.

A este encuentro asistieron diversos representantes gubernamentales como el coordinador de Memoria Histórica y Cultural de México de la Presidencia de la República, Eduardo Villegas Megías; el subsecretario de Educación Superior, Luciano Concheiro Bórquez; la subsecretaria de Diversidad Cultural de la Secretaría de Cultura, Natalia Toledo Paz; el coordinador de Comunicación Social de la Presidencia de la República, Jesús Ramírez; y la senadora de Jesusa Rodríguez, entre otros.

El subsecretario de la Sader indicó:

Los retos de la defensa del maíz en la Cuarta Transformación son: en primer lugar, lograr la autosuficiencia en la producción del maíz, dejar de ser el primer importador de maíz del mundo para volvernos autosuficientes en la producción sin transgénicos, apoyando a todos los sectores productivos, pero principalmente a los pequeños y medianos productores, a las comunidades campesinas y a los pueblos indígenas”.

Por su parte, la directora del Conacyt mencionó que el uso de transgénicos en los alimentos ‘es una tecnología fallida, desde el punto de vista tecnológico, y científico, altamente riesgosa y es momento de parar la injusticia que ha implicado’.

Para el Conacyt es fundamental dejar muy claro que tenemos desde el punto de vista científico, argumentos para desterrar esta agricultura industrializada tóxica para le ambiente, para el ser humano, y apoyar a los campesinos, quienes tienen la capacidad de darnos sustento no solamente al país, con soberanía sin alterar el ambiente y sin afectar la salud, sino también al mundo entero, es decir, México podría convertirse en, no solamente soberano, sino también en un país granero del mundo”.

Los transgénicos son organismos modificados a los que se les introduce uno o varios genes de otras especies a través de ingeniería genética; por ejemplo, la implementación de bacterias, como la Bacillus thuringiensis, la cual habita en el suelo y se utiliza comúnmente como una alternativa biológica al plaguicida.

Durante siglos, en la agronomía se ha utilizado el cruce de especie para mejorar los cultivos y las razas ganaderas, pero los alimentos transgénicos son diferentes: se saltan las barreras entre especies, introduciendo en ellos genes de especies que no podrían cruzarse en la naturaleza.

De acuerdo con un estudio encabezado por la directora del Conacyt y publicado en una revista de la Universidad Autónoma de México (UNAM), el 90.4 por ciento de las tortillas que se consumen en México contienen secuencias de maíz transgénico, así como el 82 por ciento de las tostadas, harinas, cereales y botanas de este grano, esta información, según la página de Greenpeace, no está garantizada en México. A diferencia de Japón, China y la Unión Europea, donde el etiquetado especifica cuándo fue modificado genéticamente un alimento.

En ese sentido, la senadora Jesusa Rodríguez resaltó la necesidad de fomentar el consumo local de este producto por encima de las empresas con alimentos transgénicos y llamó a la sociedad a estar pendiente de la Ley Federal para el Fomento y Protección del Maíz Nativo y la propuesta de etiquetado en alimentos.

No podemos vivir comiendo lo que viene en los alimentos ultra procesados. La semana próxima vamos a estar votando la ley de etiquetado frontal de advertencia obligatoria porque es urgente que la menos la gente sepa, qué es lo que traen los alimentos. No está claro el etiquetado y por eso es un engaño”.

Además, la funcionaria pública agregó:

En el maíz ocurre una trampa aparecida, si el productor de Coca-Cola nos dice ‘demuéstrenme que la bebida no hace daño’, estamos con el mundo al revés, porque si él la produce nosotros deberíamos decir ‘demuestra que tu producto no nos hace daño’, no tenemos por qué ser nosotros los que debemos mostrar que su producto está fabricado con ingredientes dañinos. En el caso del maíz, es parecido. Entonces hicimos una ley que se llama Ley Federal para el Fomento y Protección del Maíz Nativo”.

Dicha ley, fue avalada la semana pasada por el Senado de la República, la cual establece que ‘se evitan las mutagénesis o cualquier otra modificación desarrollada por la ciencia, sobre la cual no exista un absoluto grado de certeza científica, respecto a los riesgos para la salud humana y para que no contaminen las semillas nativas’.

Según la página del Senado, con esta ley se creará el Consejo Nacional del Maíz (Conam) para dar su opinión en materia de protección de la semilla nativa y en diversificación constante.

Dicho órgano tendrá la facultad de opinar en el diseño, planeación, programación y definición de políticas públicas sobre fomento, la protección al maíz nativo y en diversificación constante; así como revisar la modificación de los programas de semillas de maíz, para que se ajusten a la ley.

Fotos: Twitter @Victor_suarez, Conacyt y Pixabay

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