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La Dirección Federal de Seguridad (DFS), antecesora del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), realizó un seguimiento minucioso de la reina Isabel II de Inglaterra en sus visitas a México en 1975 y 1983.
Los agentes comisionados para espiarla apuntaron cada detalle de las actividades que realizó y se encuentran en documentos oficiales resguardados en el departamento de Inteligencia de México que permanece actualmente en el Archivo General de la Nación (AGN).
El Universal y Milenio tuvieron acceso a dichos expedientes donde se detalla hora por hora los lugares en donde se encontraba la reina y las personas con las que se reunía.
Su primera visita fue en 1975, durante el gobierno de Luis Echeverría. Antes de su llegada, autoridades mexicanas coordinaron el encuentro con ellos en Veracruz.
En el documento se explica que hubo una reunión en la que estuvo el presidente municipal de Veracruz, Juan Maldonado; el general Arturo López Flores, representante de la 26 Zona Militar; Luis R. Casilla, contralmirante de la tercer zona naval; síndicos y regidores del ayuntamiento de Veracruz.
En un informe con fecha del 26 de febrero de 1975, Luis de la Barreda Moreno, entonces director de la DFS, detalló que la monarca fue recibida por el mandatario mexicano y su esposa María Esther Zuno.
También se escribió que los monarcas ingleses tuvieron una cena privada en el yate Britannia en honor al presidente Echeverría y su cónyuge.
Después de pisar Veracruz, los reyes viajaron a la Ciudad de México donde participaron en una charreada en su honor en el Lienzo Charro del Pedregal. Posteriormente se desplazaron a Guanajuato, donde visitaron el monumento a El Pípila, el Teatro Juárez y la Alhóndiga de Granaditas.
Un día después de su arribo, la reina Isabel viajó con su esposo Felipe de Edimburgo a Guanajuato y Oaxaca donde se presentaron diversas manifestaciones en su contra.
Los ilustres visitantes presenciaron por la noche una representación de la Guelaguetza, haciéndose notar que concurrió numeroso público a este acto y se registraron conatos de rifia, por lo que intervinieron las autoridades correspondientes, resultando golpeadas varias personas” [sic].
Su segunda visita ocurrió en 1983, durante el mandato de Miguel de la Madrid. Días antes de que llegaran, se registró una reunión en Acapulco, Guerrero, donde distintos dirigentes políticos de izquierda calificaron a los monarcas ingleses como ‘visitantes indeseables’.
Los inconformes pidieron a De la Madrid que los considerara de la misma manera y se negara a recibirlos, pero el presidente los recibió.
En esta ocasión la pareja real hizo un recorrido por el Pacífico de México desde Acapulco a La Paz, Baja California, a bordo de su yate Britannia.
En el puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán, los reyes fueron recibidos por el entonces gobernador Cuauhtémoc Cárdenas.
A las 17:00 horas, la reina y sus acompañantes arribaron al muelle fiscal para abordar el yate Britannia, donde tomó el té con el gobernador del estado, así como por Bernardo Sepúlveda Amor, secretario de Relaciones Exteriores, y con el presidente municipal Rafael Melgoza Radillo […] Durante la estancia de la soberana no se registró ningún incidente, ni protesta alguna” [sic].
Posteriormente realizaron una parada en Puerto Vallarta, Jalisco, donde se reunieron con el gobernador Flavio Romero de Velasco y el alcalde Jorge Lepe, quienes le mostraron un asilo.
En dicho lugar el presidente De la Madrid, junto con el alcalde, les entregaron las llaves de la ciudad y calificaron a la reina como ‘huésped distinguido’.
Con información de El Universal, Político MX y Milenio.
Fotografía tomada de El Universal.