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El 28 de febrero de 2017 fue asesinado el activista de 13 años Humberto Morales Santis, en Ocosingo, Chiapas. Su cuerpo fue hallado con un tiro de gracia y signos de tortura.
Cuatro meses después, el Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS) exigió justicia frente al Palacio de Justicia –en la unidad administrativa de la localidad–, así como castigo a los responsables de la ejecución extrajudicial.
El 26 de junio de 2017 se reunieron en una conferencia de prensa uno de los voceros del FNLS, Javier Pérez Pérez, el representante legal del Frente, Damián Martínez, y un representante de la organización de derechos humanos Comité Cerezo México, Héctor Cerezo, para exponer que aún buscan justicia.
A once meses del asesinato de Humberto, el FNLS volvió a manifestarse frente al Palacio de Justicia de la zona, e informó que el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) había entregado un informe de las dirigencias realizadas entre junio y julio de 2017.
A dos años del homicidio, el Comité Cerezo México señaló que fue responsabilidad del Estado, pues la ejecución la hizo el Mando Único, ubicado en el campamento policíaco-militar que ha hostigado y amenazado constantemente a miembros del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo.
Uno de los tantos casos se registró el 4 de julio de 2017, cuando la vocera del FNLS en Veracruz, Adriana Chávez Reyes, denunció haber sido víctima de detenciones arbitrarias y agresiones físicas, junto con otros dos compañeros, luego de realizar una serie de actividades políticas en Tuxtla Gutiérrez.
Según su testimonio, alrededor de 100 elementos del Mando Único arremetieron a golpes contra 40 miembros del Frente, a la altura de la caseta de peaje Chiapa de Corzo-Tuxtla Gutiérrez, cuando difundían con volantes y mantas en mano información sobre la ejecución de Humberto.
El pasado 28 de febrero el Comité Cerezo México publicó un comunicado de prensa en el que recordó lo sucedido hace dos años.
A las 14:00 horas Humberto se dirigía a las tierras de labranzas de los compañeros, en cuyos alrededores se abastecen de leña, que es el combustible de uso doméstico.
Alrededor de las 17:00 horas los padres del menor se preocuparon porque se hacía tarde y no volvía a casa, por lo que su padre y otro compañero iniciaron una búsqueda por la zona sin dar con su paradero.
A la pesquisa se sumaron más compañeros del ejido para, finalmente, hallar el cuerpo de Humberto sin vida a un costado de la leña con un disparo en la cabeza, esto a las 20:00 horas.
Asimismo, se informó que mientras se buscaba al activista menor de edad, los policías ubicados ilegalmente en las tierras de El Carrizal realizaban movimientos en ese lugar y mantuvieron prendidas sus torretas.
El FNLS y el Comité Cerezo México exigieron justicia y castigo a los responsables materiales e intelectuales de este homicidio.
Además, retiro inmediato del campamento policiaco-militar de las tierras del ejido El Carrizal y un alto al hostigamiento y represión contra el Frente Nacional.
Con información de Sin Embargo, El Imparcial y Quadratín (Chiapas).
Fotografías de Quadratín y El Imparcial.