Luego de ser acusado de los diez cargos que se le imputan, entre ellos narcotráfico y privación de la libertad, Joaquín Guzmán Loera fue sentenciado a cadena perpetua sin que se sepa el paradero de la millonaria fortuna que supuestamente posee el líder del Cártel de Sinaloa.
Una publicación de la revista Forbes en 2013 informó que el monto acumulado por el capo asciende a mil millones de dólares; sin embargo, nadie lo sabe todavía, pues en México son pocos los bienes asegurados al reputado traficante.
Los supuestos bienes declarados por Joaquín son de inmuebles y automotores asegurados durante su detención en 2014. Uno de estos arrendamientos tiene un valor comercial de más de 60 millones de pesos.
Las presuntas residencias, lotes, ranchos y comercios se encuentran en los estados de Sinaloa y Durango y son seis, los cuales no han sido sometidos al procedimiento de extinción de dominio marcado por la ley, donde se establece que las propiedades se deben utilizar en beneficio de la comunidad.
Solo uno de los inmuebles ha sido otorgado a una asociación de beneficencia, se trata de la propiedad ubicada en Río Humaya en la colonia Guadalupe, la cual funge como refugio y centro de atención hospitalaria para la atención de niños con cáncer.
Hasta el momento no se han encontrado cuentas bancarias que le pertenezcan.
En cuanto a los vehículos, autoridades aseguraron siete camionetas del año y cuatro automóviles. Las unidades blindadas no faltaron en el aseguramiento, de las cuales cuatro de la marca Mercedes Benz.
Otras pertenencias puestas a nombre del narcotraficante son aeronaves, alhajas, relojes, aparatos de telefonía celular y equipos de radiocomunicación.
Después de su extradición a Estados Unidos, en enero de 2017, diez archivos de cargos penales quedaron abiertos en siete estados de la república mexicana, mismos que se encuentran a espera de ser procesados.
Con información de Sin Embargo, BBC y Vanguardia
Foto especial: El Telégrafo y La Crónica