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En Guadalajara aun no se normaliza el abasto de gasolina, la desesperación se recrudece y comienzan a desestimar que el ducto Salamanca-Guadalajara está cerrado por la lucha contra el huachicoleo.
Las actividades cotidianas están trastocadas, no es polémica, es real, subrayan los tapatíos.
“El carro queda con el mínimo afortunadamente no he cargado con garrafas. He llegado tarde porque se me ha quedado el carro sin gasolina”, afirmó Óscar, uno de los afectados.
“Las filas son largas, horas de espera. A veces he durado entre 4 a 5 horas. Lo peor de todo es que llega uno a las bombas y no hay gasolina”, agregó.
“La necesidad, no es pánico. Nos dicen que lo abren, y luego que lo cierran, es la incertidumbre”, comentó Sara, otra de las afectadas.
Con información de KJCS.