Acustik Noticias
Un testigo describió a Joaquín El Chapo Guzmán como ‘una máquina sexual’, pues el capo mexicano tenía un apetito sexual casi insaciable.
Guzmán no tenía límites, era una máquina sexual, un monstruo que había que alimentar constantemente”.
Descrito como ‘un monstruo que había que alimentar constantemente’, El Chapo Guzmán pagaba hasta diez mil dólares a actrices y modelos para que lo satisficieran durante una noche.
El sujeto, quien pidió mantener su anonimato, indicó que la ‘máquina sexual’ mexicana gustaba de mujeres colombianas, pues eran sus preferidas por su belleza, dulzura y simpatía.
El hombre dijo que si El Chapo no mantenía relaciones sexuales un día, ‘se comía lo que se moviera’.
Según el testigo, El Chapo llevaba a cabo ‘brigadas de sexo y salud’ para su complacencia.
Además, dijo que después del acto sexual ‘todos quedaban contentos’; El Chapo por satisfacer sus deseos carnales y la mujer por la generosa cantidad de dinero que ganaba tan sólo en unas horas.
El hombre aseguró que las mujeres que mantenían los encuentros con el capo mexicano lo ‘visitaban’ al menos dos veces mes.
Carlos, que es el nombre que empleó el testigo, indicó que estuvo con los cárteles de la droga en México y relató la historia con la condición de no revelar su identidad.
Aunque había casos especiales de modelos muy costosas a quienes les pagan 20 o 25 mil”.
El sujeto colaboró con el Gobierno de Estados Unidos; luego de recordar sus anécdotas, pasaba imágenes en su celular y se detenía en las fotografías de aquellas mujeres que habían sido los ‘prepagos’ del capo mexicano.
Además, narra, El Chapo recurría a proxenetas que se presentaban como exclusivos representantes de la farándula, quienes escogían a las acompañantes del mexicano.
Con información de Regeneración, El Imparcial y Debate.