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Nueva York, Estados Unidos. 5 de enero de 2019.- Tras la réplica que la defensa de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, aplicó al testigo protegido Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, este aceptó haber ido a la sede del Estado Mayor Presidencial (EMP), adjunto a la exResidencia Oficial de Los Pinos, en 1997, para entrevistarse con el titular de ese cuerpo militar, el general Roberto Miranda Moreno, quien supuestamente recibía sobornos de parte de su padre Ismael Zambada, El Mayo.
Argumentó que el motivo era pedirle trato preferencial para su familia. ‘Lo fui a ver porque estaban tratando mal a mi madre en sus negocios y a mi familia’.
–Esa empresa de su mamá no la hizo vendiendo tamales, ¿verdad? —cuestionó el litigante defensor de El Chapo, Eduardo Balarezo.
–A mi mamá le llegaron herencias y con eso fundó su empresa –respondió El Vicentillo.
En la audiencia del pasado 4 de enero, El Vicentillo declaró que en la guerra librada en 2008 en Culiacán entre el Cártel de Sinaloa y el grupo formado por los Beltrán Leyva –líderes del Cártel de Tijuana–, los Carrillo Fuentes –cabezas del Cártel de Juárez– y Los Zetas, los sinaloenses usaron instituciones del Estado para librar esa lucha.
Ante la corte de Nueva York, detalló como él y Juancho, sobrino de Joaquín Guzmán, coordinaban las actividades de espionaje y así se enteraron que ese grupo rival comenzó a rentar casas y contratar sicarios en ‘su plaza’.
“Para no desatar más balaceras entre nosotros, esa información se la dábamos a miembros del Ejército y de la PFP [Policía Federal Preventiva, ya extinta] que teníamos bajo nuestro control para que ellos hicieran las detenciones”.
Esta ‘guerra’ entre cárteles propició a que la violencia en Culiacán, Sinaloa se recrudeciera de tal forma que El Vicentillo tuvo que salir de ahí y refugiarse en Mazatlán, pues ‘mi familia y yo éramos objetivos prioritarios de los rivales’.
De acuerdo con información de Milenio, El Vicentillo declaró que uno de los militares que llegaron a detener a miembros del grupo rival ‘me mostró fotos del auto de mi esposa, a la cual pensaban secuestrar para después mandarme su cabeza’.
El hijo de Ismael Zambada, El Mayo, reconoció que en esos meses ‘murieron en emboscadas sobre todo muchos miembros de la PFP’.
Con información de Milenio, Radio Fórmula y Tiempo Digital.