Monterrey, Nuevo León 23 de diciembre de 2018.- La temporada navideña trae consigo la instalación en los hogares mexicanos de los tradicionales nacimientos, con sus pastores, y figuras religiosas, y con ello el trabajo de restauración de los Niño Dios u otras figuras de ocasión, con lo que se estimula un oficio que se niega a desaparecer.
Son creaciones de cerámica y yeso que reflejan el paso del tiempo, como las que pasan por las manos de Don Silverio Cruz, de 80 años de edad, quien se dedica desde hace más de 10 años a la reparación de estas figuras religiosas que las personas se niegan a desechar.
Con un especial trabajo a la restauración del Niño Dios, el hombre de la tercera edad recordó cómo fue que se introdujo en este oficio que ha mantenido a lo largo de los últimos 20 años.
Dijo que aprendió a restaurar estas figuras porque ya no encontraba trabajo en ninguna parte por su edad ‘pues después de los 60 es muy difícil que lo contraten a uno, ya en todas partes quieren gente joven’ .
Explicó que tenía un familiar que de toda la vida se dedicaba a la restauración de figuras y se acercó a él para observar cómo hacía el trabajo.
“Le preguntaba cómo preparar el yeso cerámico y la pasta que le ponía, el tipo de pintura que usaba y cómo había que hacer para que quedaran las figuras como nuevas”, aseveró.
Afortunadamente, añadió, esta persona era muy accesible y muy amable y ‘así que pasé a ser su ayudante y ahí fui aprendiendo poco a poco’.
Comentó que tiempo después la persona que le enseñó este trabajo falleció y la gente que ya lo conocía empezó a buscarlo para reparar las figuras de su Nacimiento.
“Yo reparo todo tipo de figuras navideñas y religiosas que estén quebradas, aunque se puede decir que lo que más me llega son Niño Dios, principalmente por los meses de octubre y noviembre cuando ya está más cerca la Navidad”, mencionó.
Precisó que los materiales que usa son yeso, cerámica y pasta, además de diferentes tipos de pintura, y un brillo o barniz que le da el acabado final a la figura.
Refirió que lo más laborioso de este trabajo es hacer o reparar los dedos del Niño Dios y la cabeza, ‘porque es un trabajo muy detallado y que requiere mucha precisión para que no quede la cara manchada o los dedos disparejos’.
“Por muy sencilla que sea la reparación, tardo al menos dos días en terminar un trabajo, sobre todo porque tiene que esperar a que seque la pasta, aunque cuando el clima está húmedo, se tarda más porque tarda más en secar”, agregó.
Explicó que una vez que la pasta se seca, se pule con mucho cuidado para emparejar al nivel del cuerpo y se le pone un sellador antes de empezar a pintar y posteriormente se le pone un brillo que da el acabo final a la pieza.
Don Silverio Cruz señaló que a pesar de que el trabajo es laborioso, los precios que cobra no son altos ya que por reparar un brazo con todo y dedos cobra 200 pesos, pero esto incluye además pulir el acabado del resto de la figura.
“Hacemos todo lo posible por que las figuras queden casi iguales que las nuevas y hasta ahora no he recibido ningún reclamo, todos mis clientes han quedado satisfechos”, aseguró.
Declaró que desde hace unos pocos años su hija mayor le ayuda en la reparación de las figuras y con el apoyo de su yerno, rentan un espacio en una de las Ferias del Pino que se instalan en el municipio conurbado de Guadalupe.
Santiago López, yerno de Don Silverio dijo por su parte que ‘pagamos dos mil y fracción por este espacio donde instalamos el local del 20 de noviembre al 24 de diciembre, que es la temporada en que más gente viene’.
Sin embargo, afirmó que este año ha habido poca venta y atribuyó este hecho a la aparición de nuevas religiones en donde no creen en otras figuras religiosas que no sean Jesús.
“Yo tengo mi trabajo, pero ayudo a mi suegro a instalar este local porque por su edad ya no consigue trabajo y él quiere seguir siendo productivo, ganarse su dinero, sentirse útil, así que en el año vamos juntando lo de la renta y aquí estamos”, comentó.
Concluyó que debido a que las ventas bajan también se afecta un poco los precios de las figuras que se colocan en el Nacimiento, porque prefieren venderlas más barato que quedarse con ellas y guardarlas todo un año con el riesgo de que se quiebren.
Con información de Notimex.