CDMX. 31 de diciembre de 2018.- El sobrepeso y la obesidad, la diabetes, la hipertensión, el consumo de drogas, el sedentarismo y, en ocasiones, el consumo excesivo de bebidas energizantes, son los peores enemigos de la salud cardiovascular en la población joven.
Los malos hábitos de alimentación, las adicciones (tabaquismo o consumo de drogas) y la falta de ejercicio inciden en los altos índices de ateroesclerosis coronaria.
El director general del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre, del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), José Alfredo Merino, advirtió que los infartos se presentan cada vez más en jóvenes.
Aproximadamente 20 por ciento de los pacientes que se atienden mediante el programa Asissste Infarto, 20 por ciento son menores de 40 años de edad, cuando hace dos décadas representaban apenas 5 por ciento.
Entre los factores que contribuyen a estas muertes o enfermedad cardiovascular tempranas, está el consumo de drogas, en particular la cocaína. Hay pacientes de 22 años que inhalan este estupefaciente y presentan enfermedad coronaria como si se tratara de una persona de 80.
“Un aspecto que favorece la aparición del infarto al miocardio en los jóvenes es el uso de las drogas que tiene un efecto tóxico vascular, y, sin duda, la cocaína es una de ellas. La cocaína tiene un efecto de excitación y está perfectamente demostrado la toxicidad sobre las arterias coronarias”, precisó Francisco Javier León Hernández, presidente de la Asociación Nacional de Cardiólogos de México.
Las bebidas energizantes que contienen taurina y cafeína en exceso, aumentan la frecuencia cardiaca y es poner al corazón como si estuviéramos corriendo un maratón sentados, y eso puede desencadenar un síndrome coronario agudo tipo infarto, no es un factor de riesgo para que las arterias se tapen, pero sí estresa al corazón y pueden llegar a la muerte, agregó José Alfredo Merino.
Comentó que no es que por sí solas causen daño cardiaco, ni tampoco que lo hagan en todas las personas que las ingieren, lo que sucede es que si alguien tenía una cardiopatía no diagnosticada estos productos la detonan.
En la población femenina, los infartos se presentan con mayor frecuencia durante la menopausia y postmenopausia, porque se pierde la protección natural de los estrógenos. Antes de los 50 años de edad, la proporción es de tres hombres infartados por cada mujer, después de esa edad prácticamente se iguala.
No obstante, en los últimos años, las mujeres también están teniendo infartos a más temprana edad. “Mi paciente más joven tiene 35 años por el síndrome del corazón roto por el estrés, porque es real que el estrés rompe el corazón”, destacó la cardióloga Ana Elena Ancona.
La especialista del Hospital General de México expresó que para evitar enfermedad cardiovascular en edades tempranas es fundamental tener hábitos saludables como una dieta equilibrada, descansar los suficiente, evitar la combinación de anticonceptivos y tabaquismo y hacer ejercicio, entre otros.
En población joven, los infartos son más letales que en personas mayores de 40 o 50 años y la explicación es que con la edad se va desarrollando un mecanismo que se llama circulación colateral, que consiste en la formación de nuevas pequeñas arterias que “brincan los tapones” en las arterias coronarias y compensan la enfermedad obstructiva del corazón.
Cuando un infarto se presenta en menores de 50 años, los eventos cardiacos pueden ser más severos.