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Nueva York, Estados Unidos. 12 de diciembre de 2018.- En el ‘juicio del siglo’ en contra de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, la Fiscalía de Nueva York presentó a un nuevo testigo protegido: el narcotraficante colombiano Jorge Milton Cifuentes Villa, quien en sus declaraciones aseguró que El Chapo compraba cocaína al extinto grupo guerrillero Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Asimismo, declaró que entre 2007 y 2008 comenzó a enviar cocaína a México desde Ecuador, país en el que radicaba pues temía regresar a Colombia porque podría haber sido asesinado.
Siguiendo con su testimonio, durante su estancia en Ecuador, Cifuentes compró la cocaína al colombiano Gilberto García, alias Serpa, Pastrana o Político, quien, a su vez, la adquiría en el departamento Putumayo controlado por las FARC.
El Serpa entregaba la cocaína colombiana en la comunidad de San Lorenzo, en Ecuador, para que Cifuentes la transportara a sus bodegas en las ciudades de Quito y Guayaquil de aquel país.
El narcotraficante testigo detalló que, ya que las FARC controlaban la frontera entre Colombia y Ecuador, era ‘la única forma’ de poder adquirir cocaína. ‘Le dije al señor Guzmán que comprábamos cocaína de las FARC y le pareció bien’.
Con respecto al transporte de la droga, Cifuentes explicó que pagaba sobornos al Capitán del Ejército de Ecuador, Telmo Castro, el cual era de 100 dólares por cada kilo de cocaína que transportara en camiones militares de San Lorenzo a Quito y Guayaquil. La estrategia de emplear camiones militares era para evitar que la droga fuera decomisada, además reducía el riesgo de que se perdiera.
Ya teniendo la cocaína en las bodegas, Cifuentes la transportaba a los puertos de Ecuador para pasarla a lanchas rápidas que, a su vez, las transportaban hasta barcos tiburoneros provenientes de Perú, mismos que se encontraban en aguas internacionales con barcos atuneros de México.
Una vez pasada la cocaína a los barcos atuneros, regresaban a aguas mexicanas para que lanchas rápidas transportaran la droga a las costas de Sinaloa; así, cuando los atuneros llegaban a los puertos, los barcos ya contenían cocaína.
Con información de El Universal, Excélsior y Sopitas.