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Ciudad de México. 11 de diciembre de 2018.- Basados en información de La Silla Rota, presentaremos el perfil de quien fuera el miembro más viejo del Cártel de Sinaloa: Leo Sharp, El Tata, quien tenía 87 años cuando fue detenido el 21 de octubre de 2011 en Michigan, Estados Unidos, cuando manejaba su camioneta con la cajuela repleta de cocaína.
Leo Sharp perteneció al Ejército de los Estados Unidos, era un veterano de guerra que participó en la Segunda Guerra Mundial. Al retirarse de la milicia se volvió agricultor de lirios. Sus siembras lo llevaron a ganar reconocimientos internacionales por la diversidad que consiguió de dicha flor.
Sin embargo, con el tiempo la jardinería dejó de ser suficiente para su solvencia económica, momento en que se enlistó al Cártel de Sinaloa como ‘mula’, como se les conoce a las personas que transportan y cruzan la droga de los cárteles.
En su trayectoria como mula, Sharp inició cruzando dinero de Estados Unidos a México. Más tarde, además de fajos de billetes, comenzó a transportar kilos de cocaína.
Luego de varios años, Sharp quiso salirse del Cártel de Sinaloa, pero los capos no lo dejaron, y para retenerlo en sus actividades, lo amenazaron a él y a su familia.
Autoridades estadounidenses ya sabían de El Tata, por lo que el día de su detención no fue una ‘revisión de rutina’, pues cuando la policía pidió a Sharp detener su camioneta, un perro detector de drogas de la Administración para el Control de las Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) fue el encargado de la inspección.
Previó a su aprehensión, la DEA ya había intervenido su teléfono, recuperando información de las cuatiosas cantidades de cocaína y dinero que sólo El Tata podía traficar entre ambos países. Razón por la que el Cártel de Sinaloa no lo dejó retirarse, pues lo veía como una de sus mulas más valiosas y efectivas.
Los trabajos de inteligencia de la DEA permitieron descubrir dónde estaría Sharp, por lo que lo cazaron sobre la carretera interestatal 94 con rumbo a Detroit. Los policías trataron de detenerlo con una infracción menor, pero El Tata se percató de la trampa tendida, por lo que intentó huir de las autoridades.
Ante ello, la policía de Michigan inició una persecución a la que se sumaron agentes de la DEA. Cuando El Tata por fin se detuvo, preguntó al policía por el problema que causó todo, a lo que solo se le pidió su licencia de conducir y registro vehicular. Sharp intentó persuadir al policía para que lo dejara ir, argumentando su edad y su pasado militar.
Por ende, el oficial le preguntó si portaba armas, a lo que El Tata respondió que no, incluso se hizo el ofendido. El oficial le cuestionó sobre la droga y la respuesta fue la misma, además se negó a que revisaran su camioneta.
El Tata alegó que visitaría a un amigo, por lo que tenía prisa, pues si no llegaba antes del oscurecer sería un problema para él, ya que a su edad le resultaba complicado manejar de noche.
A su petición, el oficial respondió que lo dejaría ir luego de que el perro detector realizará la inspección a la camioneta. Finalmente, así fue cómo ‘descubrieron’ que El Tata transportaba en ese momento 104 ladrillos de cocaína.
Ya detenido, fue cuestionado sobre ‘el truco’ que empleaba para transportar tantos kilos de cocaína a través de la frontera entre México y Estados Unidos sin aparentes complicaciones, a lo que El Tata respondió que no había ningún truco, sino que nadie sospechaba de un viejo.
Tres años después de su detención, Leo Sharp fue sentenciado a tres años de prisión luego de haberse declarado culpable de haber transportado más de una tonelada de cocaína de México a Estados Unidos.
La estrategia que siguió la defensa de El Tata se centró en una supuesta demencia senil, así como argumentar su edad y su pasado militar, hechos que le fueron suficientes para recibir una condena menor.
“El señor Sharp ya estaba matando nazis en las montañas antes de que nosotros hubiésemos nacido. Y así no es como debemos honrar a nuestros héroes, aunque hayan caído en desgracia”.
Además de la sentencia en prisión, El Tata tuvo que entregar su propiedad de Florida y 500 mil dólares al gobierno de los Estados Unidos. Pero no cumplió su corta condena, pues fue liberado por su complicado estado de salud, que lo llevó a fallecer el 12 de diciembre de 2016 en su casa.
El nombre de Leo Sharp, El Tata, vuelve a relucir a dos años de su muerte, esto por dos motivos importantes: el ‘juicio del siglo’ en contra de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, en una Corte de Nueva York; y porque el primer actor Clint Eastwood protagonizará una película sobre su vida. Aquí te compartimos el tráiler.
Con información de La Silla Rota.