CDMX. 11 de noviembre de 2018.- El 30 de septiembre de 2016, Kenya presenció el asesinato de su amiga Paola, una mujer trans y trabajadora sexual, en manos de un cliente. Al llegar al lugar para auxiliarla ya que ella gritó su nombre, el asesino le apuntó con el arma, pero se encasquillo.
Kenya Citlali Cuevas Fuentes es defensora de derechos humanos y promotora en prevención de VIH, además de ser la directora Ejecutiva de Casa de las Muñecas Tiresias, una asociación civil que ayuda a la población más vulnerable de la comunidad Lgbttti: las mujeres trans.
La Encuesta Nacional de Discriminación 2017 del Inegi y el Conapred revela que los grupos más discriminados son mujeres trans con 75 por ciento, le siguen hombres gays y mujeres lesbianas con 65 por ciento. Incluso por encima de la población indígena.
“Los crímenes de odio son todo tipo de agresiones a personas o a sus bienes, motivados por alguna razón particular e identifican a una persona o grupo, ya sea por nacionalidad, color de piel, género, orientación sexual o identidad de género”, dijo Alejandro Brito, director general de Letra S, Sida, Cultura y Vida Cotidiana.
Mientras que la transfobia es una mezcla de sexismo y homofobia, porque no son percibidas como mujeres por los agresores, sino como hombres vestidos de mujer, ‘y esa es la transfobia que motiva los asesinatos’.
El también director general del suplemento Letra S, Salud, Sexualidad, Sociedad resaltó que las mujeres trans son la más afectadas por este tipo de violencia, las más expuestas a sufrir un crimen de odio, que puede ser desde una agresión hasta la muerte.
Los asesinatos por transfobia ocupan el primer lugar. Se han registrado en los últimos cinco años -de 2013 a 2017- unos 381 asesinatos de personas LGBT, de las cuales 209 son de mujeres trans, le siguen hombres homosexuales con 158 casos, seis de hombres bisexuales y tres de lesbianas.
Mujeres trans, las más discriminadas y violentadas
En entrevista con Notimex, precisó que en lo que va de 2018, la asociación que dirige ha registrado 73 casos hasta el 28 de octubre, de los cuales 43 son de mujeres trans, tres mujeres lesbianas y el resto hombres gays.
“La cifra, creemos, es mayor a nuestros registros porque se basan en publicaciones de prensa y no todos los asesinatos contra personas LGBT son motivados presuntamente por su orientación sexual o identidad de género, estamos seguros que la cifra es superior”, resaltó.
Estas cifras son solo un indicador de la violencia, las cuales dan un promedio de 76 casos al año, seis casos mensuales, solo de homicidios hacia personas gays, trans y lesbianas, motivados por la orientación sexual y la identidad de género.
El rango de edad de todos los homicidios es de 39 años, pero una vez más, las mujeres trans resultan ser las más vulnerables, ya que tienen un menor rango de edad, el promedio de las mujeres trans asesinadas es de 31 años.
En cuanto a su ocupación, la mayoría son trabajadoras sexuales, que por su trabajo en las calles, están expuestas a las agresiones, y le siguen las dedicadas al estilismo.
Alejandro Brito comentó que algunos hombres alegan en su defensa que se sienten “engañados”, pues pensaban que habían seducido a una mujer y cuando descubren que es una mujer trans, para ellos un hombre vestido de mujer, reaccionan de manera violenta.
Asimismo, se ha identificado que los patrones de violencia están ligados a la identidad de género de la persona o de la orientación sexual.
Es decir, la forma en que son asesinadas mujeres trans, hombres gays, bisexuales, mujeres lesbianas y mujeres bisexuales, responde a diferentes patrones.
A las mujeres trans las asesinan en la calle, en espacios públicos o en hoteles, pero sus cuerpos son arrojados en espacios públicos, en muchos casos hay más de un agresor, pueden ser dos o más, y por lo regular lo hacen con armas de fuego, en ocasiones les disparan desde autos o incluso en la calle.
Mientras que los hombres gays o bisexuales son asesinados en sus domicilios, el delincuente o el homicida se hace pasar por homosexual, para tratar de seducir a un hombre y una vez que hace que lo lleve a su casa, lo asesina.
Por lo regular es con arma blanca, como cuchillos, navajas, desarmadores o cualquier arma punzocortante.
En el caso de mujeres lesbianas las asesinan cuando están en pareja, son identificadas en la calle, pues hay gente que les despierta un odio terrible ver a dos mujeres expresando su afecto amoroso, las agreden y en ocasiones las llegan matar.
Algunas personas argumentan que se sienten ‘agredidas’ por ver a dos mujeres juntas y por esa razón algunas leyes atenúan las penas, porque dicen que actuaron en estado de “emoción violenta”, porque se sintieron ofendidos, lo que promueve la impunidad, recalcó.
En tanto, los hombres trans son menos visibles, pasan desapercibidos socialmente, se exponen menos o sufren menos agresiones o las agresiones que sufren son de otra índole, como discriminación y agresiones en su entorno ya sea familiar, laboral o escolar.
Asesinatos de mujeres trans, en la impunidad
En cuanto a casos resueltos, Alejandro Brito indicó que, de 381 casos registrados, se detuvieron o identificaron a 117 presuntos responsables de los homicidios, lo que equivaldría a una tercera parte, de ellos, de los cuales solo 14 han recibido una sentencia condenatoria.
Precisó que cuando realizaron el monitoreo, seis fueron liberados debido a fallas o ineficiencias en el proceso cometidas por los ministerios públicos, por lo cual se habla de un alto nivel de impunidad.
La noche en que asesinaron a Paola, la policía detuvo al sujeto, sin embargo, a las 48 horas lo dejaron en libertad.
Su caso está parado, esperan que se ejecute la orden de aprensión, la cual lleva dos años y mientras no se aprehenda al asesino, no se puede seguir con la investigación.
Kenya comentó que se abrió una unidad especializada dentro de Fiscalía de Homicidios, la cual podrá llevar estos crímenes por orientación sexual, y se busca que dichos crímenes de odio sean tipificados como transfeminicidios.
Activismo, el camino para visibilizar a la población trans
“Yo hacía activismo desde hace muchos años, desde que estuve privada de mi libertad, empecé a trabajar con personas que estaban ahí pero que vivían con VIH, e hice una denuncia por la falta de atención de las autoridades a esta población”, resaltó la directiva.
Al salir de prisión en 2010 comenzó hacer prevención de VIH con trabajadoras sexuales, sin embargo, el asesinato de Paola en 2016 la marcó.
Esto, más las amenazas de muerte que recibió por lograr justicia para su amiga, le dieron las fuerzas para formalizar su trabajo y crear más impacto como sociedad civil.
Dos años después, nació la asociación civil Casa de las Muñecas Tiresias, cuyo nombre escogió porque la primera mujer trans que enterró se llamaba Débora, una amiga que siempre que llegaban a su casa contestaba: ‘casa de las muñecas’.
En tanto, lo de Tiresias es sobre el mito griego que habla sobre el adivino ciego de la ciudad de Tebas que es convertido en mujer y hombre, y adquiere una condición andrógina, por lo cual les dio la idea de tomar el nombre.
La Casa hace acompañamientos especializados e integrales para servicios de salud, tramitar documentación oficial, como actas de nacimiento o credencial de elector, también dan asistencia al cuerpo de una persona cuando muere y no tiene familiares que lo reclamen, para darles dignidad después de muertos.
Asimismo, ofrecen talleres, cursos y conferencias, sobre temas con perspectiva de derechos humanos, inclusión, erradicar la discriminación, así como incidencia política con investigación y documentos para generar leyes o modificar las que ya existen para la inclusión de la comunidad LGBT.
Con información de Notimex.