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CDMX. 7 de octubre de 2018.- La venta de pan ambulante en la Ciudad de México se ha convertido en una las actividades de comercio informal más populares en las calles de la ciudad. Se trata de conductores de tricicletas con un canasto de pan al frente y en algunos casos, una olla de café caliente.
Según vendedores como Brayan Aguilar, este negocio les deja hasta siete mil pesos de ganancia a la semana con sólo unas horas de trabajo. La labor de estos panaderos ambulantes comienza las seis de la mañana en que recogen el canasto de pan y el triciclo en el expendio de pan. Las primeras paradas son frente a edificios de oficinas donde los clientes a punto de checar su entrada toman un desayuno caliente. También se incluyen entre los clientes transportistas, estudiantes y empleados de mostrador y vendedores en general. Esta ronda de venta suele cerrar a las diez de la mañana aproximadamente cuando la mayoría de sus clientes ya están en su puesto de trabajo.
La segunda ronda de venta comienza a las siete de la tarde, momento en que los clientes son familias, guardias de seguridad y transeúntes de todo tipo que acuden a ellos por la cena. Esta venta termina alrededor de las diez de la noche.
Brayan destaca que las ventas no son seguras pues en temporadas de calor y de lluvia la clientela no es tan fluída, sin embargo es una buena fuente de ingresos para personas como él que no tienen un grado de estudios suficiente para conseguir trabajo en un supermercado.
Los precios del café que ofrece un ‘canastero’ como Brayan son de siete pesos el vaso chico y el grande de trece vendiendo alrededor de 20 litros de café por la mañana y otros 20 por la tarde.
Con información de La Jornada y Excelsior.