Acustik Noticias
CDMX. 02 de octubre de 2018.- Hace 50 años estaba agendada una marcha de estudiantes que partiría de la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco hacia Zacatenco. Esta movilización no era independiente, antes bien, pertenecía a una ola creciente de inconformidad con el gobierno que se caracterizaba por la búsqueda de democracia.
Los jóvenes hacia la segunda mitad del siglo XX intentaron romper con la organización hegemónica que ejercían el gobierno y el Partido Revolucionario Institucional (PRI). El descontento de los estudiantes del 68 no fue el primero, en la década de los 40, los jóvenes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) habían realizado manifestaciones importantes para evitar que su institución cerrara por la represión del libre pensamiento que en ella se impartía.
Mientras tanto, los gobiernos federales y estatales tomaron algunos patrones de acción similares para inmovilizar estas marchas que llegaron a su máxima expresión durante el mandato de Gustavo Díaz Ordaz. Para el gobierno, la protesta estudiantil de 1968 no fue anómala pero el presidente en turno ejerció tal represión y violencia directa para callar a los jóvenes que fue imposible que no trascendiera.
Los jóvenes del dos de octubre de hace 50 años exigían la libertad de los presos políticos, indemnizar a las víctimas de los actos de represión y eliminar a los granaderos que intimidaban a los ciudadanos. Sin embargo, sus consignas fueron calladas durante la manifestación, el Ejército intervino en la Plaza de las Tres Culturas por orden del Estado y varios estudiantes murieron, otras personas más fueron aprehendidas.
En el exterior también se gestaron movimientos estudiantiles en el mismo año. Francia, Alemania, Estados Unidos, y República Checa fueron algunos países que recibían reclamos por parte de los jóvenes que estaban inconformes con la falta de derechos y la violencia con que respondían los gobiernos a sus demandas.
En México, después de la masacre de Tlatelolco los jóvenes no han callado como esperaban erróneamente las autoridades gubernamentales. La trascendencia del movimiento estudiantil ha sembrado en las generaciones posteriores la exigencia de libertad y justicia.
Cada dos de octubre se conmemora con marchas y protestas, se busca revivir las consignas de aquellos jóvenes que murieron. Hace cuatro años un grupo de estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, se preparaba para asistir a la marcha en conmemoración de los jóvenes de 1968; sin embargo, volvieron a surgir actos de represión por parte del gobierno dejando a la vista que las estrategias del Estado de hace medio siglo siguen vigentes en la actualidad pero reavivando las aspiraciones de los jóvenes.
La lucha no se apagó con la masacre de Tlatelolco ni con la desaparición de los 43 normalistas. Los estudiantes, como hace 50 años siguen en busca del reconocimiento de sus derechos, la libertad de expresión y la justicia.
Con información de Reporte Índigo, UNAM, Excelsior, La Jornada y Sin Embargo.
Fotografía tomada de Proceso.