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Ciudad de México. 21 de octubre de 2018.- Recientemente el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) publicó un informe sobre la situación actual del cambio climático; la conclusión es alarmante, pues a la humanidad le quedan doce años para evitar una catástrofe global.
El aumento del nivel del agua de los océanos, el deshielo de los glaciares, la desaparición de las barreras de coral, las sequías y el sufrimiento de las poblaciones más pobres y vulnerables son solo algunas de las consecuencias que recoge el informe del IPCC sobre un calentamiento global que podría ser irreversible después 2030.
Sin embargo, aún se está a tiempo de evitar el desastre y todo está en manos del ser humano.
Todavía hay cosas que pueden hacer que la temperatura no aumente más de un grado y medio en los próximos años: reducir drásticamente las emisiones de dióxido de carbono que provocan el calentamiento de la atmósfera antes de ser reabsorbido, junto a otros gases de efecto invernadero. Este proceso es el principal en aumentar la temperatura del planeta.
En 2017 fueron emitidas 32 mil 500 millones de toneladas de dióxido de carbono y de mantenerse igual en los próximos años el escenario sería catastrófico para 2036.
Otra opción viable para evitar la catástrofe global es eliminar la dependencia de los combustibles fósiles.
El IPCC estima que pueden darse dos escenarios. El primero de ellos es que la temperatura global se estabilice en 1.5 grados por encima de la actual; en el segundo, ese umbral se superaría a mediados de siglo, obligando a recurrir a tecnología de captación de carbono y a la creación de nuevos sumideros de carbono.
Al respecto, algunos científicos se han manifestadoo en contra de esta posibilidad, como el profesor del departamento de Geociencias de la Universidad de Chicago David Archer quien aseguró que superar el límite es ‘realmente peligroso’ pues una vez sobrepasado ‘no se puede detener’.
Para revertir este futuro el análisis insiste en la necesidad de un cambio en el comportamiento a escala personal, política y global. El IPCC destaca un punto importante que no se debe perder de vista: el poder político que tiene la población y que puede ayudar a modificar las decisiones climáticas a nivel gubernamental.
El panorama no es bueno, ‘pero no tiene por qué ser tan malo’, admite Archer, concluyendo que ‘la historia aún no se ha escrito’.
Con información de Sin Embargo, BBC Mundo y Actualidad RT.