El pozole, comida ancestral, se posiciona como uno de los platillos favoritos de los mexicanos durante las fiestas patrias.
El 15 de septiembre significa para muchas familias mexicanas la alegría de convivir alrededor de un gran festín. Cada estado hace de su mesa un desfile de antojitos típicos locales como las chalupas, molotes, cemitas, chilatoles y demás, por citar el caso de
Puebla.
Pero un plato referente que no puede faltar es el pozole, comida de tradición ancestral envuelta en misticismo. Los mexicanos encuentran sentido en una preparación que combina maíz, lechuga, rábanos, orégano, carne de cerdo o de pollo y como siempre, mucho limón.
La fórmula de una buena noche mexicana se compone de música, baile, risas y buena comida. Por eso además de festejar la independencia, se festeja a las manos que preparan las delicias mexicanas, símbolo de una identidad diversa pero unida por el placer de un buen plato de pozole.
Otros elementos que no faltan son las bebidas; se estima que una familia mexicana gasta en promedio 539 pesos en la celebración de las fiestas patrias y parte de este presupuesto se destina a la compra del tradicional tequila, mezcal y otros.
Con información de El Universal y MVS noticias