Redacción Acustik Noticias
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) llama a las autoridades de los tres órdenes de gobierno y a la sociedad en general, a mejorar los hábitos de consumo y la gestión de residuos sólidos mediante su reducción, reutilización y reciclaje en hogares, colonias, centros educativos, lugares de trabajo y ciudades, además de sumarse a los esfuerzos que se han emprendido para reducir y prohibir progresivamente el uso de popotes, unicel y bolsas plásticas de uso único, en beneficio de las presentes y futuras generaciones. En México, la gestión controlada de residuos en todo su ciclo de vida dista mucho de ser la adecuada.
Ante ese panorama y en ocasión del Día Mundial del Hábitat,1 de octubre, la CNDH exhorta a quienes serán autoridades federales en el próximo gobierno para que el correspondiente Plan Nacional de Desarrollo contemple la perspectiva de derechos humanos y particularmente se subrayen los derechos a la salud, alimentación, medio ambiente sano, acceso al agua salubre y vivienda en la actualización, publicación e implementación del Programa Nacional de Prevención y Gestión Integral de los Residuos, en tanto que estados y municipios deberán elaborar e implementar con oportunidad sus respectivos Programas de Prevención de Residuos.
De acuerdo con datos del Inegi, durante 2014 se generaron estimativamente 103 mil toneladas diarias de residuos sólidos urbanos a nivel nacional (aproximadamente 37.6 millones de toneladas al año), lo que significa que cada habitante produjo un promedio diario de 0.86 kilogramos, y las entidades que acopian la mayor cantidad per cápita de residuos son Ciudad de México, Nayarit, Quintana Roo, Baja California Sur, Sinaloa y Colima.
Ejemplo de ese problema lo representa el estado de Guerrero, cuya generación de residuos es de 2 millones 443 mil 208 toneladas diarias, de las que el 31.6 por ciento es separada para revalorizar y el resto va a tiraderos no controlados que no cumplen con la normatividad aplicable, ocasionan desequilibrios ecológicos y representan potencial riesgo para la salud de la población.
Pese a lo complejo del problema, la CNDH reconoce los esfuerzos en materia de reducción y prohibición del uso de plástico, popotes y unicel promovidos por los estados de Veracruz, Querétaro, Puebla, Hidalgo, San Luis Potosí, Tamaulipas, Sonora, Sinaloa, Jalisco, Chihuahua, Baja California, Baja California Sur y Ciudad de México.