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Ciudad de México. 26 de septiembre de 2018.- Hace cuatro años que se vivieron dos tragedias lamentables que, pese a la ‘verdad histórica’, han quedado impunes. Una fue la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, la otra, un equipo de fútbol que pasó por Iguala la noche equivocada.
Nos referimos a Los Avispones de Chilpancingo, conformado por jóvenes de 14 y 18 años a los que un breve viaje deportivo se volvió una pesadilla.
Los Avispones regresaban de un partido disputado en Iguala, Guerrero, cuando fue objetivo de un comando armado que estaba cazando a los estudiantes de Ayotzinapa. Los ‘confundieron’ y abrieron fuego contra su autobús.
Tras la ráfaga de balas murieron tres estudiantes, el chofer del autobús del equipo, Víctor Manuel Lugo Ortiz, y dos jugadores de 15 años, David Josué García y Miguel Ríos, y la pasajera de un taxi. Los hechos se efectuaron en el circuito vial Periférico, a la altura de la comunidad de Santa Teresa, entre Iguala y Chilpancingo, alrededor de las 23:30 horas.
Fueron 200 los casquillos recogidos por los servicios periciales alrededor del camión Volvo. Prácticamente fue inutilizado el autobús.
El fuego se detuvo y uno de los sicarios intentó entrar al camión, pero fue detenido por Jorge León Sáenz, auxiliar técnico de Los Avispones. Una entrevista con Milenio lo describe así:
–Abre hijo de la chingada. Exigió el agresor mientras amagaba con accionar nuevamente el arma. –Sí, te voy a abrir, pero te aclaro que aquí vienen niños. Somos un equipo de futbol. –¡Que abras hijo de la verga. –Ya escuché que quieres entrar, pero te informo que aquí vienen niños y son más de 20. –¡Abre o disparo, cabrón! –No dispares; ya me diste dos balazos. Aquí hay gente herida y vienen muchos niños. Suplicó. – Ya la cagamos, no son estos.
Los sicarios huyeron. Víctor Manuel Lugo, el chofer, murió al instante. El preparador físico recibió una bala en la cara que lo dejó ciego de un ojo y con la nariz rota. El director técnico recibió dos disparos que le perforaron el estómago. El defensa central Miguel Ríos, se desangró tras recibir cinco balazos.
De 26 pasajeros, 12 estaban heridos. Entre ellos, David Josué García, El Zurdito, quien murió por una herida de bala en el cuello.
“La noche se veía más oscura de lo normal. Lo que vivimos no nos tenía que pasar a nosotros, es más, creo que a nadie le debería de suceder algo así, la muerte no se le desea a nadie y lo cerca que estuvimos de ella, fue algo muy fuerte para nosotros, porque no teníamos nada que ver”, recordó a Excelsior Irvin Paul Meza, mediocampista de los Avispones.
“Yo veía los partidos de futbol en la tele y que le dedicaban un minuto de silencio a David, pero después sólo se habló de los desaparecidos de Ayotzinapa, se olvidó que esa noche también nos atacaron a los Avispones”, detalló Miguel García, al sitio Notas periodismo popular.
Ahora, a cuatro años de la tragedia, Los Avispones suelen no ser nombrados en las manifestaciones, ni tienen un hashtag propio. 30 segundos es lo dura su mención en el vídeo con la versión oficial de la PGR. Y a la familia del Zurdito García no ha llegado la ayuda económica que le prometieron.
Con información de Reversos, Sopitas y Univisión