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Ciudad de México. 12 de agosto de 2017.- Mirna Isabel Saldívar Paz, diputada de Nueva Alianza, planteó exhortar a la Secretaría de Salud, a los Institutos Nacionales en esta materia y a los gobiernos estatales, establezcan una estrategia que proteja a quienes ejercen la medicina como profesión, previniendo y combatiendo el creciente problema de suicidios entre residentes.
En un punto de acuerdo que presentó en la Permanente y que analiza la Segunda Comisión, expresó que el desgaste emocional en estudiantes de medicina y residentes aumenta en más del 10 por ciento en comparación con la población en general de la misma edad (22-32).
Además, el índice de Síndrome de Burnout (agotamiento) aumenta del 15 al 29 por ciento, cuando los afectados se encuentran en la licenciatura o en la residencia de especialidad, respectivamente.
Por su parte, la Asociación Latinoamericana de Profesores en Medicina Familiar indica que existe una gran cantidad de casos del citado síndrome entre los estudiantes de medicina y residentes de especialidad en México, con una incidencia del 25 al 60 por ciento. También hay estadísticas que afirman que las mujeres médicos tienen 60 por ciento mayor probabilidad de presentar signos y síntomas que los hombres.
Saldívar Paz subrayó que en la última década el impacto del abuso, maltrato, discriminación, acoso y hostigamiento hacia residentes médicos ha cobrado creciente importancia en la discusión dentro del campo de la educación médica, así como la manera en que estos factores pueden incidir en la formación emocional de los internos y residentes, lo cual adquiere relevancia cuando afecta la salud física y psicológica.
Mencionó que en el sistema de salud se vulneran constantemente los derechos humanos de internos y residentes que prestan sus servicios en esta etapa formativa, aunado a las extenuantes guardias médicas, evidenciado la práctica de la explotación, acoso y hostigamiento que ha existido por años.
En México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Psiquiatría, no existen estadísticas precisas sobre la afectación que genera esta problemática, y de sus consecuencias como que pueden llevar al suicidio.
La diputada subrayó que de acuerdo con especialistas, la mayoría de los sujetos de estudio experimentaron episodios de maltrato tanto físico como psicológico y abuso por parte de sus profesores, con crítica continua, desmedida e infundada, que llega a tener repercusiones de gran trascendencia.
En México, dijo, “los internos de pregrado y residentes ocupan un lugar importante en el mecanismo asistencial del sistema de salud, aspecto que es transcendental y que las universidades y las instituciones de salud deben considerar”.
Por ello, deben existir limitantes en sus actividades clínicas, reguladas de una manera justa y con periodos de descanso, trato y respeto adecuados. En su formación se debe buscar favorecer óptimas condiciones en la prestación de sus servicios, así como mejorar su calidad de vida y de salud.
“La seguridad de los médicos estudiantes es una tarea aún pendiente y prioritaria; la erradicación del maltrato y abuso ejercido en contra de los jóvenes médicos requiere de la coordinación adecuada entre las autoridades, en aras de contar con los recursos indispensables para combatir esta lacerante problemática”, afirmó.