CIUDAD DE MÉXICO. 13 de julio de 2018.- El secretario de Estado, Michael Pompeo, y el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, confiaron en que la relación bilateral mejore y se refuerce con el próximo gobierno, que comenzará el 1 de diciembre.
Así se dejó sentir después del encuentro mantenido entre la delegación de alto nivel estadounidense y el equipo de López Obrador, en la que el vencedor de las elecciones del 1 de julio entregó a los miembros del gabinete de Donald Trump una especie de hoja de ruta sobre su visión de la relación bilateral para los próximos años.
“Sabemos que ha habido baches en el camino entre nuestros países pero el presidente Trump tiene la determinación de que la relación entre nuestros pueblos sea mejor y más fuerte”, dijo Pompeo al izquierdista tras felicitarlo por su victoria.
“Podríamos tener un optimismo razonable de que México va a encontrar bases de entendimiento para tener una mejor relación con Estados Unidos”, aseguró por su parte el futuro canciller, Marcelo Ebrard, en una conferencia de prensa.
Ebrard señaló que la reunión se desarrolló en un ambiente ‘muy bueno, diría yo, excelente’ e indicó que el documento entregado a los estadounidenses es una ‘propuesta de bases de entendimiento’ sobre comercio, seguridad, desarrollo y migración.
El futuro canciller no quiso dar detalles del plan hasta que no la haya revisado el presidente Trump pero dijo que incluye ‘iniciativas de gran calado’ en materia de desarrollo y para que ‘nadie en México tenga que emigrar por pobreza o inseguridad’ y una propuesta para que haya un ‘diálogo fructífero’ en materia de seguridad.
El secretario de Estado, que tras reunirse con López Obrador visitó a su homólogo, Luis Videgaray, enfatizó ante el izquierdista el valor de que tan alta delegación lo visitara.
“Tiene aquí a cuatro de los líderes de mayor rango (del gabinete) justo después de haber sido elegido”, le dijo Pompeo, quien viajó acompañado por el asesor de la Casa Blanca y yerno del presidente, Jared Kushner -que ha jugado un rol clave en mantener las relaciones con México, en parte por su estrecho vínculo con Videgaray-, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen.
“Quisimos venir para hacerle saber que el presidente Trump está muy interesado en el éxito de las relaciones entre nuestros países”, añadió.
En la reunión, según Ebrard, no se tocaron algunos de los temas más delicados como el muro fronterizo o la posibilidad de llegar a un acuerdo en donde solicitantes de asilo centroamericanos buscarían refugio en México en lugar de Estados Unidos.
Antes de la reunión con López Obrador, la delegación estadounidense estuvo con el presidente Enrique Peña Nieto, quien le pidió a Pompeo que se agilice la reunificación de las familias separadas en la frontera y destacó “la necesidad de encontrar una alternativa permanente que dé prioridad al bienestar y derechos de los menores”, indicó la presidencia en un comunicado.
Peña Nieto mostró, además, su preocupación por sucesos que “alimentan un clima de odio y racismo” como el ataque sufrido por un ciudadano mexicano de 92 años en California.
Los lazos entre México y Estados Unidos se han deteriorado mucho desde el inicio del gobierno de Trump quien, más allá de su insistencia en reforzar y ampliar el muro fronterizo, ha endurecido su política y su discurso frente a los migrantes y ha culpado repetidamente a México por los problemas económicos y sociales de Estados Unidos.
De hecho, el trato a los migrantes es lo que más ha dolido a la sociedad mexicana y por eso el viernes por la tarde un puñado de manifestantes esperaba la llegada de los estadounidenses en las afueras de la casa de campaña de López Obrador con carteles en los que se leía “Stop Trump” o “Dónde están nuestros niños” y gritos en inglés de “Racistas, cobardes”, “Deportados pero no olvidados”.
Además de la migración, los aranceles impuestos recientemente han tensado más las ya complicadas negociaciones para la renovación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y han detonado los temores de una guerra comercial sin cuartel. Trump ha catalogado el pacto de libre comercio, que también incluye a Canadá, como perjudicial para los estadounidenses.
Este tema fue otro de los asuntos tratados en todas las reuniones del viernes y, según explicó el futuro canciller mexicano, los estadounidenses aceptaron que el equipo de transición de López Obrador participara en cualquier nueva reunión que tenga lugar a partir de ahora como parte de la renegociación del TLCAN.
Después de la aplastante victoria de López Obrador las tensiones con Washington se han relajado. Ambos líderes han hecho comentarios positivos después de una conversación telefónica realizada a principios de este mes y López Obrador ha cambiado las exigencias de la campaña por las propuestas conciliadoras. El izquierdista comenzará a gobernar el 1 de diciembre y para la toma de posesión dijo que ya ha invitado al presidente Trump.
El Departamento de Estado señaló que la visita tiene la intención de demostrar la fuerza e importancia de las relaciones entre México y Estados Unidos y la disposición del gobierno de Trump de trabajar con el próximo gobierno mexicano. El combate al crimen organizado y la epidemia de opioides que sufre Estados Unidos serán otros temas que se traten.