Por David Rodríguez | Acustik Noticias
CDMX. 5 de julio de 2018.- Sidronio Casarrubias Salgado, presunto líder de la banda delincuencial de Guerreros Unidos, quedó absuelto del juicio que tenía por portación de armas de uso exclusivo del Ejército, cargo por el que se le ligó en el Caso Iguala.
De acuerdo con el titular del Juzgado Segundo de Distrito de Procesos Penales Federales en el Estado de México, Óscar García Vega, dictaminó que fue detenido de manera ilegal y fue interrogado bajo presumibles actos de tortura para declarar sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Bajo este argumento, el juez federal ordenó dejar sin valor probatorio los dos primeros testimonios de este sujeto, después de que la Procuraduría General de la República (PGR) los habría obtenido presumiblemente por medio de tortura.
Sin embargo, Casarrubias no quedaría en libertad inmediata ya que aún se le acusa por el cargo de delincuencia organizada.
A este sujeto la PGR lo señaló como uno de los responsables de haber secuestrado, asesinado e incinerado a los alumnos de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, pero con esta sentencia del juzgador la carpeta de investigación sufrirá cambios significativos para castigar a los probables responsables.
La Policía Federal Ministerial (PFM) aseguró que Sidronio fue capturado junto con Norman Isaid Alarcón el pasado 16 de octubre de 2014, en la carretera México-Toluca, en la zona de La Marquesa, frente a un restaurante llamado Fogón Do Brasil.
La Federación manifestó que ambos sujetos fueron detenidos en flagrancia, pero el juez federal desechó esta hipótesis además de que hay evidencias de que los dos sujetos fueron aprehendidos un día antes del señalado.
La defensa de los acusados presentó pruebas de que fueron detenidos el 15 de octubre dentro del restaurante de La Marquesa, por lo que quedó descartada la versión del Ministerio Público de que fue el 16 de octubre fueron capturados dentro de una camioneta que estaba fuera del establecimiento.
Incluso Casarrubias declaró ante el juez que sus captores nunca se identificaron como policías o como personal de la PGR, si no que le dijeron que se trataba de un secuestro, que lo torturaron y hasta lo violaron.
Estos argumentos fueron presentados ante el juez y la PGR no pudo sustentar su versión de los hechos.