“Que no le digan…”

Empresarios y trabajadores, ¿aliados?

Por Mario A. Medina

Como hace doce y seis años, los empresarios más ricos del país, dicen están “preocupados por el bienestar” de sus empleados y por ello les “advierten” que deben de “votar con inteligencia”, “analizar” su voto, para no favorecer llegue a México un gobierno “populista”. Ahora resulta que son aliados de sus trabajadores, que les intranquiliza el bienestar de ellos y sus familias, de su futuro.

Germán Larrea, Alberto Bailléres, José Antonio Fernández Carbajal, José Ramón Elizondo, Daniel Servitje Montull, Andrés Conesa y otros más, enviaron mensajes a sus obreros, sugiriendo “posibles consecuencias” en caso de ganar López Obrador, igual como lo hicieron en 2006 y 2012 cuando lanzaron una durísima campaña en su contra calificándolo como “un peligro para México”, como lo hacen ahora de nuevo.  

A pesar de sus amenazas encubiertas a sus empleados, éstos se ríen de sus patrones: “Que les crea su abuelita” me dijo una trabajadora. “No tienen madre”, me comentó otro: “Voy a votar por ya sabe quién”, me aseguraron varios con cierto sigilo.

“Nos explotan, nos pagan salarios de hambre”, explican la mayoría de quienes son empleados de los dueños de las empresas más poderosas de México, pero hay también a quienes sí los convencieron; varios dicen  que no votarán por José Antonio Meade, pero sí por Ricardo Anaya porque si no “nos quedamos sin chamba”, señalan temerosos.

En sus mensajes y misivas, los directivos empresariales aseguran que así como les intranquiliza el bienestar de su “querida empresa”, también les inquieta el bienestar de sus trabajadores y sus familias.

¿En verdad así como les preocupa su “querida empresa” les impacienta el futuro de sus “queridos” empleados y familias?, o ¿será que su desvelo tiene que ver con que se les podría acabar el trato de privilegio que han recibido por los gobiernos priístas y panistas en los últimos 30 años?

Por ejemplo, Germán Larrea, dueño de Grupo de México y Alberto Baillères González, presidente de Grupo Bal, han sido beneficiarios con la condonación de pagos de impuestos por cientos de millones de pesos. El signo de las empresas extractivas en México es la pobreza de los mineros, de los poblados, de los municipios, quedando atrás promesas de desarrollo y trabajo bien remunerado.

La riqueza de Larrea creció al amparo del poder político; igual ha sido su protector cuando los desastres de Pasta de Conchos y de los ríos Sonora y  Bacanuchi en el 2014, el desastre ecológico más grande en la historia del país. “El güero” Larrea prometió limpiar el agua de los afluentes que contaminó con los exiliados de sus minas, pero el gobierno estatal priísta de Claudia Pavlovich y el federal de Enrique Peña Nieto, prácticamente ni lo tocaron.

Al revisar la página de Indeed, líder mundial de los sitios web para la búsqueda de empleo, se puede observar que las empresas como Grupo Coppel que preside Francisco Agustín Coppel Luken; Coca-Cola FEMSA, multinacional que dirige José Antonio Fernández Carbajal; Grupo Herdez de Héctor Hernández Pons, Grupo Vasconia de José Ramón Elizondo y Grupo Bimbo de Daniel Servijte Montull, entre muchas, pagan a sus trabajadores verdaderos salarios de hambre.

Las mensualidades son irrisorias. Los vendedores ganan en promedio 4 mil 659 pesos mensuales,  un  jefe de piso poco más de 4 mil 500; una cajera alrededor de 5 mil  y un chofer arriba de los 5 mil 300 pesos. En algunos casos como el de los contadores sus salarios se acercan a los 10 mil pesos, mientras que los promotores de ventas reciben más o menos 6 mil pesos.

Oxxo, del grupo Coca-Cola FEMSA,  que vende café, botanas, cigarros, cervezas y hasta es recaudería, paga a sus empleados jornales de vergüenza frente a las enormes ganancias de la trasnacional mexicana. Por 10 horas de trabajo al día, 6 días a la semana, el pago total suma 3 mil 797 pesos al mes, 126 pesos al día, 12 pesos por hora. En la Ciudad de México, dependiendo de la zona, el máximo salarial que paga la tienda de conveniencia es de 4 mil pesos al mes. Según un análisis salarial, “para cubrir el costo de la canasta básica se requieren 4 salarios mínimos, en Oxxo sólo pagan 1.43 salarios mínimos”.

Este primero de julio insisten los empresarios a sus empleados que al votar lo hagan en conciencia por lo que podría venir si gana El Peje. En sus mensajes se les olvidó mencionar cómo le ha ido a la clase trabajadora del país con los gobiernos de Felipe Calderón y de Peña Nieto: de la inseguridad, de la alza en los costos de las gasolinas, de la electricidad, que hay no alcanza para la canasta básica, ni para un pedazo de carne.

Mientras a los trabajadores, campesinos, empleados gubernamentales, no les ha ido nada bien durante los  gobiernos priístas y panistas, los negocios de los grandes empresarios, de la “mafia del poder”, como diría López Obrador, han crecido exponencialmente y han recibido todo tipo de beneficios, de “cochupos” legales.

En 2016, a decir de la Auditoría Superior de la Federación el sector minero contribuyó con apenas 0.32% de los ingresos del gobierno federal. En general la evasión fiscal fue del 2.8% del PIB, cerca de 484 mil millones de pesos. A decir de analistas financieros, “los más ricos ni pagan, ocultan su dinero, y hasta devoluciones del SAT llegan a tener”.

Que no le cuenten…

Mientras que la encuesta más reciente del diario Reforma pone a José Antonio Meade 33 puntos por debajo de Andrés Manuel López Obrador, la de Pop Grup, cuyas oficinas están en el municipio de Huixquilucan, estado de México donde asienta sus reales el Grupo Atlacomulco, la diferencia es de sólo seis puntos, por aquello de los indecisos, dice la encuestadora. Por cierto, en dichas oficinas se les ha visto llegar y estar por ratos prolongados a personajes del equipo de campaña de Meade, uno de ellos se dice llaman “El Jaguar”.

*Periodista

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