Por: Rosa Elena Soto | Acustik Noticias
Ciudad de México. 19 de junio de 2018.- Ya pasaron nueve meses del 19 de septiembre de 2017, a penas inicia el proceso de reconstrucción y el deseo de los damnificados es tener un regreso seguro a sus hogares.
Para los damnificados del Multifamiliar Tlalpan, cada vez se cumple un nuevo mes después del terremoto, recuerdan a las y los vecinos que fallecieron entre los escombros, y a los que después del siniestro perdieron la vida porque sus condiciones de salud no soportaron estar fuera de casa.
Este martes 19, cerraron calzada de Tlalpan, donde guardaron un minuto de silencio, para conmemoración y recordaron la tragedia que los dejo sin hogar.
Previo a este acto, leyeron un pronunciamiento, en el que recordaron el camino de lucha para demandar al gobierno la reconstrucción y reforzamiento de sus viviendas ha sido largo y tedioso, aseguraron que aún continuan en la incertidumbre y en el que solo tienen salidas posibles: la reconstrucción digna o el desplazamiento forzado.
“Pese a los avances que hemos logrado con nuestra organización y lucha, a través de la cual hemos demandado del gobierno un trato serio y atención adecuada, debemos denunciar que muchos de los acuerdos que incluso se anuncian públicamente por parte de los funcionarios, invariablemente se regatean y desconocen en las mesas subsecuentes”, afirmó Francias Gutierrez, damnificada del Multifamiliar Tlalpan.
Asimismo, la joven activista lamentó que pese a las reuniones con servidores públicos de todos los niveles no han obtenido de ellos la certeza de que con dicho fideicomiso terminará el secuestro del proceso de reconstrucción que sigue detenido por la inacción del gobierno.
“A 273 días del sismo estamos en un momento crucial en nuestra lucha, este día 19 es el último antes de las elecciones, lo que puede provocar que de pronto se diluyan los acuerdos y la preocupación por los damnificados de pronto no sea tan importante para el gobierno de la Ciudad de México”, apuntó.
También se deslindaron y rechazaron a todas aquellas personas que usan a las y los damnificados para satisfacer sus egos, obtener ventajas políticas o de negocio, así como generar división en una lucha de principios justos como la nuestra.