Por David Rodríguez | Acustik Noticias
CDMX. 29 de mayo de 2018.- Las pasadas elecciones del 2016 y 2017 se identificó que por cada peso que se reporta como gasto ejercido en la campaña de gobernador, hubo 15 pesos que se movieron de manera ilegal, que nunca se reportaron y su origen fue desconocido.
De acuerdo con el estudio ‘Dinero bajo la mesa. Financiamiento y gasto ilegal de campañas políticas en México’, en promedio los candidatos a gobernador gastan 10 veces más que permite el tope legal, el cual establece el gasto de 46.8 millones de pesos.
Sin embargo la inversión utilizada fue de 470 millones de pesos, en casos superiores y otros inferiores, dependiendo del tamaño de la entidad y su nivel de competitividad electoral.
La directora de la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, María Amparo Casar, comentó que estos recursos están calculados solamente para las campañas gubernamentales de hace uno y dos años, donde encontraron que hubo hasta 15 veces más el gasto para hacerse del poder estatal.
“¿Por qué el gran año? Primero porque por cada peso reportado por los partidos, descubrimos en esta investigación qué hay 15 veces por debajo de la mesa, o sea que por cada 100 pesos que dicen gastarse hay 115 pesos, es decir 15 veces más.
Esto está calculado a partir de los recursos para campañas a la gubernatura, particularmente para 2016 y 2017”, dijo.
Por su parte, Ximena Mata Zenteno, consultora de la empresa Integralia, comentó que la principal fuente de financiamiento ilegal es el clientelismo electoral, donde los partidos en el poder condicionan las plazas como una forma de coacción al voto.
Explicó que otras maneras para apoyar las campañas y que fueron detectadas en el estudio, son el desvío de recursos públicos, financiamiento privado ilegal y financiamiento del crimen organizado.
“Si un candidato quiere ser competitivo en una elección y poder comprar el número de votos que el ganador obtuvo, tiene que gastar en promedio 425 millones de pesos, eso es el ingreso.
Ahora del lado del gasto, en qué se gasta todo ese dinero bajo la mesa, no nos queda duda de que el principal destino del dinero ilegal en las campañas políticas es el clientelismo electoral, el gasto en clientelismo, en promedio, son más de 290 millones de pesos”, manifestó Mata Zenteno.
Por su parte, el exconsejero presidente del antes Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde, señaló que otras modalidades de desvío de recursos públicos son recaudaciones en efectivo que no ingresan a las tesorerías, el uso de facturas apócrifas, adjudicaciones directas y subcontrataciones forzosas con sobrecostos, los descuentos de nómina, entre otros.
Finalmente, expuso que las modalidades de financiamiento privado ilegal implican la comisión de algunos delitos como lavado de dinero, defraudación y evasión fiscal simulación de operaciones mediante empresas fantasma o fachada, cobertura ilegal de medios y esquemas de triangulación de dinero.