El Plan Global de Pastoral pretende hacer frente al daño que los tiempos han hecho al ser humano, incluyendo a presbíteros

Redacción Acustik Noticias

CDMX. 13 de mayo del 2018.- La Conferencia del Episcopado Mexicano presento su Proyecto Global de Pastoral 2031-2033 donde apuntan la necesidad de reconocer los signos de los tiempos, en la vida de las comunidades y en el sentir de cada persona, y donde se ha robado a los mexicanos la esperanza y se ha descuidado el fundamento de nuestra sociedad que es la familia.

Agregan que estamos en una nueva época en el camino de la humanidad, situación que al no ser comprendida ampliamente y desconociendo sus alcances, ha traído frustración, desesperanza, angustia y desmoralización en muchas personas.

“Percibimos con gran fuerza que en el fondo de esta transformación profunda, se evapora la concepción integral del ser humano y va surgiendo con gran fuerza una sobrevaloración del individuo por encima de la colectividad. Un individualismo que debilita y rompe los vínculos comunitarios, olvidando la construcción del bien común y abriendo camino a la satisfacción inmediata de los deseos del individuo”

Reiteran que el modelo neoliberal, que se vive es un capataz cruel, generador de inequidades e injusticias que marcan tristemente la vida de muchos países pobres, provocando una concentración de poder y riqueza en pocas manos y manteniendo en la pobreza a un gran número de personas.

“Sabemos, que siendo la economía, uno de los pilares más visibles de este proceso globalizador, es también la que más hondos sufrimientos ha traído a muchas personas”.

Apuntan que muchos pueblos en nuestro país experimentan constantemente la inseguridad, el miedo, el abandono de sus hogares y una completa orfandad por parte de quienes tienen la obligación de proteger sus vidas y cuidar sus bienes.

“Tal parece que esta situación de violencia ha rebasado a las autoridades en muchas partes del país, los grupos delincuenciales se han establecido como verdaderos dueños y señores de espacios y cotos de poder y, debido a la furia y a la capacidad de terror de muchos de ellos, han puesto a prueba la fuerza de la ley y del orden”.

Esto provoca la corrupción, impunidad e ilegalidad, que los llevan a encender los focos rojos y a trabajar por la transparencia de las instituciones.

“Nuestro país no aguanta más el robo, la opacidad, el despilfarro y el mal uso de sus recursos, porque esto significa pobreza para sus pueblos y miles de historias humanas sin las condiciones necesarias para vivir con dignidad”.

Pero también reconocen que en su modo de ser pastores, en algunos momentos parecen más jueces, dueños o líderes de una estructura humana, que agentes dóciles al Proyecto del Reino de Dios.

Agregan que los efectos de esta nueva época han llegado y dañado también la vida de los presbíteros. Fenómenos señalados como el individualismo, el hedonismo, la superficialidad y la mundanidad, se han instalado en la vida de muchos de ellos.

“Vivimos con mucho dolor y tristeza el sufrimiento de las víctimas del abuso sexual de menores y de sus familiares por parte de presbíteros”

Resaltan que para combatir la pederastia clerical ya existen “líneas de acción canónica aprobadas desde el año pasado del trabajo de muchos años y que están aplicando en las diferentes diócesis del país.

“Tenemos también un protocolo de acción sujeto a las leyes mexicanas, a la Constitución para poder actuar con toda responsabilidad como obispos, sacerdotes ante estos casos aplicando completamente la ley. Estos protocolos están siendo ofrecidos en talles en las diócesis y provincias de nuestro país, poco a poco, paso a paso, aunque ya se entregaron a todos los obispos”.

Subrayan que la disposición y su actitud está 100 por ciento enmarcada en la tolerancia cero que desde el Papa Benedicto está siendo aplicada en toda la iglesia y en los casos actuales como en todos los casos estamos actuando evidentemente desde el lugar donde se originan denuncias o estos casos.

En el Proyecto Global de Pastoral 2031-2033, se expone que el documento parte de la consciencia de que hoy está fracturándose, dañándose, agrediéndose la figura humana.

En este texto, agregan, quieren expresar y aportar el genio que tiene la iglesia católica que es un humanismo.

“Hoy más que nunca nuestro país en particular necesita que nos echemos hacia adelante con toda la carga de humanismo que la iglesia católica tiene para contrarrestar precisamente todo lo que desde los medios de comunicación o desde la sociedad, violencia está hoy dañando, destituyendo la esencia del ser humano”.

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