Fomentar la espiritualidad por medio de la música

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Inconfundible, solemne y vigoroso, así se escucha el sonido del Órgano Monumental de la Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe (INBG), que acompaña el rito y culto mariano desde hace casi medio siglo.

Ahí, sentado frente a cinco teclados con 60 piezas y 32 pedales que activan las 10 mil 222 flautas, uno de sus ejecutantes, Benjamín Paredes Aponte, licenciado Músico-instrumentista en órgano por la Facultad de Música (FaM) de la UNAM, comenta: “antes que nada la música es mi pasión”.

A propósito del 12 de diciembre, fecha en que se conmemora el 491 aniversario de las apariciones marianas en el cerro del Tepeyac, el ahora profesor de Órgano y de Armonía al teclado a nivel propedéutico y licenciatura en la FaM, asegura que la complejidad de ejecutar un instrumento se incrementa por el entorno en que se realiza.

“De entrada, lo más difícil es el hecho de que la Basílica de Guadalupe sea el segundo santuario católico más visitado de todo el mundo; es, sin duda, una referencia donde los ojos del mundo están puestos sobre nosotros, y entonces de alguna manera nuestra preparación y trabajo debe estar lo mejor hecho posible”.

La música la percibo como un medio para comunicarme, algo que puedo transmitir a los demás, pienso que empata bien en el plano laboral aquí, en la Basílica, y en el docente, en la FaM, donde enseño y transmito a los alumnos los conocimientos adquiridos, cometa.

 

Acompañamiento

Benjamín Paredes recuerda que el 16 de noviembre de 2012 (hace una década) ingresó a la INBG como cantor y organista, y en octubre de 2018 efectuó en este lugar la réplica como ejecutante de su examen profesional.

Sobre la importancia sonora del 12 de diciembre, explica que consiste en acompañar por medio de la música estas celebraciones, “apoyar a la gente, fomentar la espiritualidad, que quizá donde terminan las palabras inicie en este caso la música. El hecho de que la gente llegue y escuche el órgano, y además al coro infantil, de alguna manera hace que participen todos, que se vuelva una sola voz el coro, el pueblo y los celebrantes”.

Por ello, considera que es “la fiesta más importante de los mexicanos; estar aquí es como si estuvieras haciéndole una ofrenda en su misma casa a alguien muy querido”.

El profesor de la FaM expone que en la festividad de la Virgen de Guadalupe la intervención musical iniciará en la ceremonia de las Vísperas solemnes el domingo 11 de diciembre a las 17:00 horas; posteriormente en la misa de medianoche del siguiente día.

Otro de los retos en la ejecución del órgano, comenta, es la atención, “porque mucho de lo que nosotros acompañamos lo canta el sacerdote y lo hace en su tono. Entonces nosotros, al momento en el que vocaliza, tenemos que responderle en el mismo que él tiene”.

Debemos estar bajo la batuta del director del coro y en la parte solista interpretando obras de órgano. En varias ocasiones no es como un concierto que inicia en un momento determinado y termina en otro, sino que nosotros acompañamos el rito a través de la música.

El organista comenta que tiene también a su cargo algunos coros de monjas, además de responsabilizarse de la programación de lo que se canta en el santuario diariamente, lo que implica otro reto donde se incluye -además de la capacitación musical- preparación litúrgica y teológica.

Majestuoso

El universitario, quien cursó el bachillerato en la Escuela Nacional Preparatoria 4 “Vidal Castañeda y Nájera”, forma parte como organista de la Capilla de Música de la INBG y es también custodio del Órgano Monumental del Templo Expiatorio dedicado a Cristo Rey (Antigua Basílica de Guadalupe).

“El órgano es un instrumento majestuoso, es casi como una puerta al cielo, en donde se combinan no solamente la parte artística, arquitectónica del templo, sino también la majestuosidad del instrumento. Entonces en su conjunto impone al visitante, y de alguna manera se queda admirado de la majestuosidad, que en este caso representa tanto la parte arquitectónica como el instrumento”, subraya el académico universitario, quien junto con Hugo Jiménez Cisneros son los organistas que ejecutan a diario el acompañamiento sonoro.

En el Órgano Monumental también se tocan las festividades propias del año litúrgico, como la Pascua, la Navidad, el Adviento y las fiestas importantes como la llegada de un nuncio apostólico, así como la consagración y ordenación de un obispo o de sacerdotes, abunda Benjamín Paredes.

La visita de su Santidad el Papa Francisco, (en febrero de 2016), es uno de los eventos que más han quedado en mi mente aquí, en la Basílica, además de la fiesta de Guadalupe cada año.

“En la primera toqué en la homilía, fui el organista acompañante de esa misa, y cada 12 de diciembre empezamos desde la ceremonia de medianoche, es un evento muy importante”, afirma.

En la Facultad de Música de la UNAM adquirí los conocimientos para poder manipular un instrumento de esta magnitud, pero nunca pensé que podría tocar en una misa papal, ni en el 12 de diciembre. Sin duda es un sueño, es una emoción indescriptible el hecho de escuchar el campanazo y entonar Las Mañanitas y todas las celebraciones que se realizan a lo largo del año, finaliza Paredes Aponte.

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