Durante las últimas semanas, se ha dado a conocer la historia de Julieta, una menor de edad que murió en espera de justicia tras ser agredida por uno de sus familiares. La historia de la pequeña ha estremecido a la mayoría de los internautas que se enteran de este caso.
Julieta, de 15 años, era una niña muy alegre y soñadora; sin embargo, todo comenzó a cambiar en su vida debido a que el pasado 21 de mayo un hombre la agredió dejándole un severo trauma psicológico. Se presume que el responsable es su tío.
Los padres de la víctima notaron que la menor de edad se la pasaba llorando todo el tiempo, por lo que decidieron preguntarle qué le sucedía. En ese momento, con lágrimas en los ojos empezó a contarles todo lo que había ocurrido.
De inmediato, su progenitor la llevó ante las autoridades correspondientes para que interpusiera una denuncia en contra del sujeto que la agredió.
Los días pasaron y los agentes de Fiscalía de Delitos Sexuales de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México les indicaron que estaban trabajando en el caso, pero aún no tenían avances.
Julieta comenzó a deprimirse aún más, por lo que sus familiares tomaron la decisión de internarla en el Hospital Fray Bernardino para que recibiera ayuda psicológica y poder superar el trauma lo más pronto posible; sin embargo, los resultados no fueron favorables.
Tiempo después, la menor regresó a su hogar. Una madrugada, los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) tocaron la puerta de la vivienda de Julieta afirmando que habían recibido un reporte de auxilio.
Los padres de la pequeña no entendían lo que estaba pasando y, acompañados por los agentes de seguridad, se dirigieron al dormitorio de Julieta; de inmediato, se dieron cuenta de que se había quitado la vida con un lazo.
En ese momento, los uniformados intentaron reanimarla, pero los esfuerzos fueron en vano, debido a que ya no contaba con signos vitales.
El caso de Julieta es uno de los 4 millones que se han presentado en México y la mayoría de los agresores son familiares de sus víctimas; incluso, viven bajo el mismo techo.
Con información de Excélsior, El Heraldo de México y Vanguardia
Fotos: Pixabay