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Felipe Calderón Hinojosa y la presidenta de la asociación civil Alto al Secuestro, Isabel Miranda de Wallace están bajo un análisis por presuntos vínculos ‘de solidaridad’ que podrían inculpar al expresidente en un comportamiento ilegal.
En días pasados la revista Proceso publicó un reportaje donde aseguró que Isabel Miranda mintió sobre la paternidad de su hijo Hugo Alberto León Miranda, quien fuera producto de su primer matrimonio con su primo hermano y no de José Enrique del Socorro Wallace como lo declaró la madre.
Miranda de Wallace respondió de inmediato ante dichas acusaciones y aseguró que el medio de comunicación intentaba desviar la atención del tema central de su lucha que es el secuestro de su hijo.
La activista calificó como inadmisible e indignante que en lugar de que la revista buscara enfocarse en el castigo de los culpables, se fijara en una parte del expediente que ella ya había dejado claro.
Calderón fue uno de los primeros personajes políticos en solidarizarse con Miranda de Wallace. Desde su cuenta de Twitter, el expresidente aseguró que había saña contra la mujer por parte de varios medios de comunicación y describió como ‘mezquino’ el periodismo de este tipo.
Miranda de Wallace pide centrarse en asesinato de su hijo y no generar calumnias
En una nueva investigación de la revista Proceso, se destaca que la posible amistad entre Calderón e Isabel Miranda podría caer en un comportamiento ilegal y ‘quizá delictivo’ por parte de él.
En el análisis se señala que durante su sexenio, Calderón compartió las ‘formas y modos’ de ‘combatir al crimen’ con la asociación de Isabel Miranda.
Uno de los casos que Proceso pone en cuestión es el de la ciudadana francesa Florence Cassez, a quien presentaron como una de las secuestradoras del hijo de Miranda de Wallace, a pesar de que se denunció que hubo violaciones en su proceso legal.
Proceso destaca que en 2010 Calderón otorgó el Premio Nacional de Derechos Humanos a Isabel Miranda y en 2012 el Partido Acción Nacional la postuló como candidata a jefa de Gobierno de la Ciudad de México por órdenes del entonces presidente.
Según el análisis de dicho medio de comunicación, Calderón intentó ‘blindar la memoria histórica de su propio comportamiento’ cuando defendió a Wallace, en lugar de hacerlo por simple solidaridad.
Esto porque durante su administración pudo incurrir en políticas de seguridad ilegales respecto a la tortura, investigación policial, montaje de escenas del crimen y ‘fabricación de culpables’.
Con información de Proceso, La Verdad Noticias y Acustik Noticias.
Fotografía de Réalité Mexicaine.