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Ciudad de México. 22 de noviembre de 2018.- Sinaloa es un estado mexicano repleto de héroes y antihéroes de la historia nacional, y es el estado que fungió como cuna de uno de los fenómenos actuales más grandes y peligrosos: el narcotráfico. Al respecto, bien han escrito que el universo cultural de Sinaloa es un ejemplo vivo de que la realidad supera a la ficción.
La lista de los antihéroes es vasta, son muchos los narcotraficantes que han destacado a lo largo de la historia de este fenómeno, pero en esta nota queremos resaltar la figura de Jesús Malverde, el ‘Santo de los Narcos’, cuya leyenda creció en la segunda mitad del siglo pasado, cuando la actividad del narcotráfico se incrementó en México, específicamente en Sinaloa.
En Culiacán, capital sinaloense, entre las calles Independencia y 16 de Septiembre, a escasos 200 metros de un McDonald’s, se encuentra una capilla dedicada a la devoción a este peculiar Santo. La fachada es humilde, pero las plegarias que ahí se elevan son tan diversas como quienes la visitan. Algunos piden trabajo o dinero, otros protección.
Aunque la devoción ha roto paradigmas, como el caso de José Luis Morales quien agradece a Malverde la llegada de Diego Armando Maradona a la dirección técnica del equipo de la segunda división de fútbol, los Dorados de Sinaloa. Debe ser difícil ser fanático del fútbol en una ciudad fanática del béisbol.
Y a todo esto, ¿quién es Jesús Malverde? Un antihéroe como Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, o el mismo Maradona. Malverde es conocido como el Santo de los Narcos, el bandido generoso, el ángel de los pobres, el narcosantón, entre otros motes. Los relatos en torno a este Santo lo pintan como el Robin Hood sinaloense: un bandido de buen corazón que opera como aliado de las clases populares. Culto que quizás explique la filantropía que algunos capos han mostrado hacia sus comunidades de origen, mayoritariamente marginadas.
Se cuenta que su nombre de pila fue Jesús Juárez Mazo y que nació en las Juntas de Mocorito, Sinaloa, en 1870, donde creció en extrema pobreza. Hay quienes cuenta que fue sastre, otros que fue albañil, pero una mayoría asegura que fue ferrocarrilero y que laboró en la construcción de las vías férreas hacia el norte de México durante el Porfiriato.
De acuerdo con una investigación de El Clarín, ‘el hombre se metía en la selva, en el monte, de ahí llegaría su apodo de Malverde, ‘el mal verde’, y asaltaba a los hacendados y a las familias más adineradas de la región. Con el botín, bajaba al pueblo y mejoraba la vida de los sectores más postergados’.
Pero el relato más frecuente es el de su muerte. Su versión más popular narra que en 1909, el entonces gobernador de Sinaloa, Francisco Cañedo, desafió a Malverde a que le robara su espada o a su hija, y que de lograrlo recibiría un indulto. Ante tal reto, Malverde entró a la casa de Cañedo, le robó a su hija y le dejó una nota: ‘Jesús M. estuvo aquí’. Humillado, Cañedo ordenó su captura inmediata y que se le colgara de un mezquite el 3 de mayo de 1909, justo donde se encuentra su capilla. Sus seguidores aseguran que después de muerto, Malverde continuó ayudando a los más necesitados.
Al respecto, los investigadores Enrique Flores y Raúl González, identificaron dos versiones. En la primera, el responsable es un compadre traidor; en la segunda, Malverde es quien insta a su compadre a entregarlo para cobrar la recompensa y burlarse de las autoridades. Sin embargo, ambas versiones coinciden con las leyendas sobre la muerte de Heraclio Bernal, otro bandido icónico de México.
¿Cómo se le pide a Jesús Malverde? En definitiva no es el mismo ritual que se efectúa para pedirle a otro Santo. A Malverde se le bautiza con whisky y se le canta en corridos norteños. El 3 de mayo es su festividad, razón por la que su capilla recibe a cientos de creyentes originarios de distintas localidades mexicanas para pedirle o agradecerle favores. Como ya se mencionó, se recibe a cualquier persona, desde el trabajador más humilde que ruega por mantener su empleo, hasta el empresario que tiene un problema de salud o busca una ‘seguridad divina’ para concretar un negocio turbio. No hay filtro para Jesús Malverde.
La capilla es un lugar de culto y de fiesta a la vez. Allí se reza con devoción y también se celebra con música, baile y cerveza; mientras en las afueras se venden discos ‘pirata’ con los corridos dedicados al Santo. Corridos que no narran acciones del narcotráfico, sino que funcionan como cantos litúrgicos en un compás casi transgresor frente a los himnos del catolicismo. Algunos cuentan su historia y otros más bien le cantan a él, el Santo del narco y de quienes emigran a Estados Unidos.
El patrón sinaloense también se ha abierto camino en la industria del entretenimiento, como su aparición en el séptimo episodio de la segunda temporada de la serie Breaking Bad: un agente de la DEA tiene una estatuilla de Jesús Malverde en su escritorio para que lo ayude a ‘conocer a su enemigo’. En el sentido comercial también ha tenido repercusión esta figura, pues desde el 2008 existe una cerveza en su honor, producida por la cervecería mexicana Minerva.
Al parecer, Jesús Malverde es un santo que ayuda a todos aunque la leyenda lo defina como el Santo de los Narcos. Sin embargo, Malverde es un Santo que no está reconocido por la Iglesia Católica.
Oración a Jesús Malverde:
“Hoy ante tu Cruz postrado ¡Oh Malverde, mi Señor, te pido misericordia y que alivies mi dolor! Tú que moras en la Gloria y estás muy cerca de Dios escucha los sufrimientos de este humilde pecador. ¡Oh Malverde milagroso! ¡Oh Malverde mi Señor! Concédeme este favor y llena mi alma de gozo. Dame salud Señor, dame reposo, dame bienestar y seré dichoso”.
Con información de Noticieros Televisa, VOA Noticias y Vanguardia.