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Ciudad de México. 25 de octubre de 2018.- La revista Nature Geoscience publicó un estudio reciente sobre los estragos del terremoto que cimbró el sur de México el 7 de septiembre de 2017: los 8.2 grados en la escala de Richter no sólo lo posicionaron como el sismo más fuerte en la historia reciente del país, sino lograron romper una placa tectónica.
De acuerdo con diversos estudios de la Universidad de Oregon, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y diversos centros de investigación del planeta, se ha determinado que se partió en dos la placa de Cocos de 60 kilómetros de grosor.
Este fenómeno tardó sólo diez segundos. Diego Melgar es profesor de la Universidad de Oregon y es el autor del artículo referido, en donde afirma que la fractura de la capa tectónica fue ‘a lo largo de todo su ancho’, liberando tras de sí muchísima energía.
De acuerdo con información de Actualidad RT, el mecanismo por el que ocurrió este raro pero conocido evento sísmico fue similar a ‘doblar un borrador’. ‘Uno puede ver que la mitad superior se extiende y se estira, mientras que la parte inferior se aplasta y se comprime’, detalla Melgar, y esta flexión es capaz de activar fallas internas en la placa que podrían hacerla colapsar como sucedió bajo el golfo de Tehuantepec.
Pese a ser un fenómeno poco común, se tienen registros de casos similares durante el siglo XX, y Melgar señaló que se seguirán presentando. El ejemplo más cercano al sucedido en México se registró en Irán en 2013, durante un terremoto de magnitud 7.7 que cobró la vida de decenas de personas.
Según Diego Melgar nadie sabe por qué se da este fenómeno, y el caso de México intensificó el enigma: ‘teóricamente, la placa de Cocos no debió haberse fracturado a la profundidad que lo hizo, pues estaba lo suficientemente caliente (1100º C) como para doblarse como un plástico blando’.
Pero la placa se quebró como un ‘enorme bloque de vidrio’ lo que, por un lado, evidenció lo mucho que les falta por descubrir a los geólogos y, por otro, la enorme posibilidad de que ocurran terremotos con mayor frecuencia. ‘Mi preocupación mayor son los tsunamis’, indicó Melgar, adviertiendo que el levantamiento de placas a esas profundidades podría empujar enormes cuerpos de agua hacia la costa.
Con información de National Geographic, Actualidad RT e Infobae.