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Este domingo familiares de personas fallecidas y desaparecidas tras la explosión de un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) en San Primitivo, Tlahuelilpan, Hidalgo, depositaron las cenizas de cuerpos calcinados en una fosa común.
Varias personas se dieron cita desde temprano en el lugar en donde ocurrió la explosión del ducto, con palas y picos para retirar las cenizas que formaban siluetas humanas en el suelo, como resultado de la calcinación de la piel y grasa de 68 personas que, según el gobierno de Hidalgo, fallecieron ahí.
Las personas depositaron los restos en botes y cubetas mientras otro grupo abrió una fosa de aproximadamente cinco metros de circunferencia en donde después echaron las cenizas levantadas.
A casi un mes de la tragedia una mujer señaló que la fosa es para las personas que murieron y no han sido identificadas. Ella aún busca a su hijo que estaba ese día en la ordeña de gasolina que provocó la explosión del ducto.
Tras colocar los restos en la fosa, las personas rociaron agua bendita y colocaron una cruz de cinco metros de largo, alrededor se pusieron otros 17 crucifijos más pequeños con fotos y nombres de algunos de los fallecidos, así como de los desaparecidos de quienes no se tiene ningún registro.
Cerca de la fosa de encuentra una canaleta en donde se encuentran más fotografías y los nombres de otras víctimas de la explosión, pero estas tendrán que ser retiradas pues elementos de la paraestatal deben sellar la toma y van a tapar la canaleta.
Algunas personas realizaron plegarias por el descanso de sus seres queridos, amigos o conocidos y soltaron globos blancos.
El día de mañana se realizará una misa en la parroquia de Tlahuelilpan a las 18 horas para conmemorar el primer mes de la tragedia.
Con información de La Jornada, El universal y Milenio.