Empleado y cura meten a 16 niños en una cisterna para salvarlos de ataque armado

0 1,033

Acustik Noticias

Filo de Caballos, Guerrero. 13 de diciembre de 2018.- El pasado 11 de noviembre, policías comunitarios de Heliodoro Castillo irrumpieron en el municipio de Filo de Caballos, ubicado en la sierra de Guerrero, por lo que un trabajador del Hospital Básico Comunitario y un sacerdote le salvaron la vida a 16 niños. Cuando comenzó la balacera, los niños recibían su catecismo, por lo que de la una de la tarde del 11 de noviembre a las ocho de la mañana del 12 de noviembre, los menores estuvieron encerrados en una cisterna de agua de la iglesia del pueblo.

A más de un mes del trágico suceso, el empleado de salud recuerda para Sin Embargo que los menores girtaban aterrorizados ‘¡nos van a matar, nos van a matar!’. Al escuchar los balazos, el trabajador del hospital y el clérigo impidieron que los niños salieran corriendo de la iglesia por el riesgo de ser alcanzados por alguna bala.

Los 16 menores forman parte de los desplazados que se encuentran en el auditorio municipal de Chichihualco, Guerrero, y rondan entre los 7 y 12 años de edad. Además del sacerdote y el trabajador del hospital, se encontraban con ellos dos monjas.

Resultado de imagen para balaceras en filo de caballos

Si la historia no se contó antes, fue porque el clérigo aún se encontraba en Filo de Caballos, y hacerlo lo pondría en riesgo, declaró el empleado. Sin embargo, la semana pasada salió del pueblo y es hora de hacer públicos los hechos, por lo que narró que aquel 11 de noviembre experimentó una ‘tristeza muy grande’ porque los menores lloraban y pedían a gritos que los sacaran de la iglesia, o ‘¡nos van a matar aquí!’.

Siguiendo con su testimonio, dijo que los policías comunitarios no respetaban nada, porque hasta las torres de la iglesia recibieron disparos, hecho que ocasionó más miedo. Fue entonces que a él y al sacerdote se les ocurrió resguardar a los menores en un cisterna vacía que se encuentra en la parte trasera de la iglesia. Así fue como ‘les salvamos la vida a esos niños’.

Resultado de imagen para balaceras en filo de caballos

Una vez en la cisterna, contó que permanecieron encerrados desde la una de la tarde que comenzó la balacera hasta las 8 de la mañana del día siguiente (12 de noviembre). ‘Estaban todos entumidos, unos decían que tenían hambre pero qué les dábamos de comer, otros pedían ir al baño y se hacían ahí mismo, fue de verdad triste’. Además, aseguró que por la noche casi no durmieron porque estaban todos apretados y no podía acostarse en el piso, sin cobija y con frío.

Declaró que al día siguiente cuando los sacaron, él ya no regresó a su casa, ‘me traje a los niños caminando por el cerro pero gracias a Dios no nos pasó nada, imagínese eran muchísimas balas las que estaban disparando, si los hubiéramos dejado salir los matan’.

Con respecto al sacerdote y las monjas, el empleado dijo que estaban muy asustados y no sabían qué hacer, ‘y a mí me dio una tristeza, por eso le digo al gobernador que nos ponga un poquito de atención, no le cuesta nada a él venir aquí al auditorio y que platique con nosotros y vea si es cierto o es mentira lo que estamos viviendo’.

Ante el medio de Sin Embargo, pidió que vaya también a Filo de Caballos para que vea cómo quedó el pueblo, ‘él conoce allá, ha subido, es nuestro amigo, lo hicimos diputado y lo subimos al puesto que ahorita tiene, y con esto nos está pagando. No es justo’.

Además, se quejó de la complicidad existente entre los elementos del Ejército Mexicano y policías con los civiles armados que los sacaron de su pueblo, pues dijo que el día que entraron los militares y los policías estaban allí, junto con los comunitarios, ‘hasta pensamos que estaban coludidos con ellos, al militar siempre lo hemos respetado, lo hemos querido, pero así no’.

Por otro lado, en el auditorio de Chichihualco los padres y madres externaron que es ‘urgente’ que las autoridades de educación y del gobierno de Guerrero solucionen el problema de la inseguridad, porque sus hijos no reciben educación ni atención médica.

Los desplazados informaron que en el albergue de la comunidad de Filo de Caballos hay 12 alumnos de nivel secundaria, 10 del jardín de niños, 25 en primaria y 10 del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Guerrero (Cecyteg), al que normalmente acuden más de 300 estudiantes. Asimismo, en Campo de Aviación en el jardín niños hay 30 alumnos, en la primaria 38, de secundaria 35 y de Cecyteg 20. En total son más de 150 niños y jóvenes que no asisten a la escuela.

Sin Embargo informa que, desde que inició el ciclo escolar 2018-2019, los niños y jóvenes no han tenido clases regulares, ‘por las balaceras que han ocurrido en la zona’. Los maestros subían y por el problema de la inseguridad se regresaron y las aulas quedaron abandonadas.

En el auditorio, en el cual hay gradas y una cancha, los niños juegan, brincan, corren y gritan. Ahí, Antonia declaró que ‘la suspensión de clases afecta a los niños, sólo estamos pensando cómo van a recuperar el tiempo perdido’. Por lo que pidió a las autoridades que ayuden a los niños que están en el refugio dándoles clases por lo menos tres veces por semana y así evitar que su aprendizaje se vea afectado.

De las comunidades de Los Morros, Filo de Caballos, Corralitos y La Laguna salieron al menos mil 600 personas, la mayoría con sus niños y jóvenes que cursan un nivel de educación básica o media superior, por lo que suman más de 2 mil alumnos sin clases. Además los médicos se niegan a acudir a las comunidades por temor a sufrir algún percance.

En el lugar se pueden ver más niños, niñas y jóvenes, unos corren, juegan y otros lloran, son personas desplazadas por la violencia quienes anhelan regresar a sus hogares.

Con información de Sin Embargo.

Comentarios
Cargando...