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Saltillo, Coahuila. 21 de noviembre de 2018.- El grupo criminal de Los Zetas nació como un brazo armado del Cártel del Golfo. Hasta hace diez años se trató de un grupo conformado por exmilitares de élite, pero con el correr del tiempo han estado incorporando a su grupo delictivo a personas dedicadas a diferentes actividades.
Tras una investigación continúa, las autoridades federales detectaron entre las células criminales de Los Zetas, existe una organización criminal conformada exclusivamente por mujeres conocida comos Las Panteras.
De acuerdo con información de La Jornada, su labor dentro del grupo delictivo consiste en contactar a autoridades municipales y estatales para concertar reuniones en lugares públicos y ofrecerles sobornos a cambio de protección para Los Zetas; no insisten, si no logran cooptarlos, los asesinan.
En menor medida, algunas panteras fungen como sicarias o escoltas de los principales capos del Cártel del Golfo. Otras han llegado a tener el mando en algún municipio o estado del país, en estos casos son responsables de mantener el control territorial para favorecer el tráfico de drogas que Los Zetas trasladan cada mes a Estados Unidos.
Autoridades federales han definido el perfil de las integrantes de Las Panteras: jóvenes de entre 18 y 30 años de edad, provenientes de familias de escasos recursos y con estudios máximos de secundaria.
Una vez reclutadas, reciben adiestramiento militar en cuanto a manejo de armamento (incluyendo el de uso exclusivo del Ejército Mexicano) y defensa personal, y son capacitadas para realizar el trabajo de publirrelacionistas.
Nombres como Adriana Guadalupe Medina Galván; María de los Ángeles Ponce Razo; Alicia Tapia Corral; Juana Flores Mendoza; Jovana Susana Cruz; Yesenia Yanet López Romero; Claudia Valeria Fuentes Martínez, La Popis; Julieta Maricela Almaguer Reyes y Fabiola Saray Díaz Arroyo, La Muñeca, fueron relacionados con las narcofosas en Tamaulipas.
Todas ellas fueron detenidas, y otras como Mayra Esther Ramos Cortés; Ana Janete Reyes Martínez; Adriana Chávez Salazar; Elena Enríquez Escandón; Yudith Adela Ochoa Marmolejo; Dinora Miriam Pérez Alvarado, La Marrana; Guadalupe Hernández Ibarra y María Guadalupe Galván Hernández, fueron capturadas por el Ejército, presuntamente por participar en operaciones del Cártel del Golfo e incluso ser responsables de plazas en los estados de Guanajuato, Hidalgo y Puebla.
Al respecto, un testigo de la Procuraduría General de la República (PGR) identificado como El Pitufo, quien también perteneció a Los Zetas, declaró en 2009 que:
“La actividad de ese grupo de mujeres a las que se denominaba Las Panteras era ir a contactar policías, militares, presidentes municipales y cualquier autoridad o personas civiles con las que se quisiera hacer un acuerdo para beneficio de la organización […] Dichas mujeres estaban entrenadas para matar. Eso hacían cuando la persona que contactaban no se prestaba para colaborar con la organización”.
El éxito de Las Panteras empezó cuando Los Zetas les encargaban ser escoltas de los principales capos del Cártel del Golfo.
Con información de La Jornada, Sin Embargo y Vanguardia.