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Ciudad de México. 02 de septiembre, 2018.- Se ha dado a conocer un gran avance biomédico: hay manera de aprovechar la luz de las luciérnagas como una vía confiable y no costosa para realizar diagnósticos médicos y combatir el cáncer.
Lo que hace brillar a las luciérnagas en la luciferina, sustancia que cuando entra en contacto con una enzima oxidativa, la luciferasa, emite luz. El resultado es lo que se conoce como bioluminiscencia, que ha sido aprovechada por Luis Covarrubias y sus colaboradores del Instituto de Biotecnología de la UNAM, contando con el equipo del Laboratorio Nacional de Microscopía Avanzada.
Encontramos dos caminos para ello: el primero es introducir luciferasa en células tumorales que luego implantamos en un ratón, a fin de permitirles crecer. El siguiente paso es aplicarles luciferina, pues así podemos ver el crecimiento del tumor, ya que a medida que éste se agranda, la luminiscencia se vuelve mayor. Si después administramos un anticancerígeno eficaz, la luz mermará, explica.
Este tratamiento ayuda a entender el proceso del cáncer y la efectividad de medicamente para combatirlo, todo ello al interior de un organismo vivo, en tiempo real y sin matar o perjudicar a algún animal.
El proceso consta de introducir genes de luciérnaga en células cancerígenas, lo que hace que brillen conforme se desarrollen. La iluminación facilita el registro procesual del cáncer.
Usamos líneas celulares derivadas de tumores humanos y les introducimos el gen que codifica para la luciferasa. Esto permite probar drogas contra el cáncer directamente en células humanas que crecen dentro de un animal inmunodeficiente. La infraestructura del LNMA es tan especializada que posibilita trabajar con ratones, algo fundamental para llevar adelante el trabajo, agrega.
Con información de La Jornada, FayerWayer