Indispensable difundir la historia local para transformar las sociedades

Emigrar con historias permite al sujeto tener un sentido de identidad y de pertenencia

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Redacción Acustik Noticias

CDMX. El Estado y las instituciones internacionales a través de la difusión de contenidos de cortes nacionalistas y homogéneos difuminan los saberes locales y con ello pierden la oportunidad de conocer en profundidad los antecedentes que dieron origen a los pueblos y sus tradiciones para lograr transformar sus condiciones de vida, subrayó el maestro Mario Alberto Gómez Zamora, historiador experto en migración y cambio cultural.

“Indagar sobre las fundaciones de los pueblos, las historias de la montaña, de cómo un pueblo logró obtener agua y las leyendas que anteceden la organización de las fiestas en los espacios locales se escapa de los currículos nacionales de historia”, lamenta el también promotor de proyectos artístico-culturales para la reivindicación del uso del espacio público.

En su artículo Entre el recuerdo y la memoria: un ejercicio didáctico de la historia en Patamban, en la Sierra P’urhépecha de Michoacán, el autor resume la labor de rescate de historias orales que él mismo ha impulsado en ese lugar, partiendo de la recuperación de testimonios con el objetivo de sistematizar e implementar una propuesta alternativa de enseñanza de la historia local.

En el texto incluido en Diarios del terruño. Reflexiones sobre migración y movilidad, revista editada en la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), destaca que el trabajo implicó la participación de estudiantes de tercer grado de secundaria a quienes decidió inculcar un nuevo método para el estudio de la memoria local al ligarla con su vida cotidiana, aportándoles mayor significación a las fechas y los personajes revisados en el salón de clases.

Un saber que tiene lugar en la vida del sujeto al reconocer su pasado y ser actor de su tradición puede transformarlo en agente activo de cambio cultural, ya que proyecta el porvenir de su pueblo y de sus vidas personales, dando paso a la construcción de una memoria colectiva mucho más sólida.

En el proyecto efectuado durante abril de 2015, los jóvenes guiaron a sus maestros por las calles de la localidad haciendo especial énfasis en los espacios que consideraron más valiosos por los acontecimientos que allí se habían suscitado o que resultaban relevantes por llevar implícitos mitos y leyendas que revelan su sentido de pertenencia, lo cual fue denominado geosímbolos.

Luego de aquel ejercicio, los profesores dieron seguimiento a más de 20 jóvenes con quienes luego de tres años se logró la consolidación de un libro, que desató en ellos sentimientos de nostalgia, debido a la falta de interés que las nuevas generaciones prestan al aprendizaje de la lengua p ́urhépecha y a la falta de respeto a los adultos mayores.

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